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— Sabes que para mi es re incómodo dormir con vos.— dijo sentándose en la cama del menor.

— Pero para mi no, aparte lo decís como si nunca hubieses dormido conmigo.— se quedó callado.— Basta, sonó re mal.— empezaron a reír.

Mateo se recostó en el colchón sin despegar la vista de las perfectas facciones del rostro de Daniel. Todo en el era hermoso, desde su frialdad en las batallas hasta su sobreprotección fuera de esta.

— Acostate gil, me pones nervioso.— hizo que Daniel se girara a verlo.— ¿o seguís enojado?— dijo para quedar sentado detrás del otro.

— Neh, tan justo.— carcajeó, pero se notaba a distancia que lo que decía no era cierto.— Entonces ¿vas a salir con Acru?

Tego asintió, como no lo iba hacer si era el chico que tanto deseaba desde hacia ya tres meses, y Dani lo sabia mejor que nadie.

— Obvio, mira las pavadas que preguntas.— se volvió acostar mirando el techo.— Es hermoso, Dani. Te juro que por el me dejo partir en cuatro.— decía riéndose. Pero hablaba en serio.

— Si, es bonito.— opinó Daniel sin prestar tanta atención.

— Esta buenísimo.— suspiró. Lo tenia loco. No se si se podría decir enamorado, ya que esa palabra es muy fuerte.