Cara Williams y Denis Preston son mejores amigos desde niños a pesar del ferviente odio que hay entre sus familias. Una amistad indestructible o eso es lo que parece hasta que un terrible secreto que podría dejar una marca imborrable en la vida de a...
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El juego de Denis es hoy por la noche, le prometí que estaría ahí apoyándolo., pero los problemas que tienen nuestras familias han traspasado la línea, y se ha vuelto personal.
A pesar de eso la amistad que Denis y yo tenemos desde niños no se ha visto afectada. Sin embargo, nuestros padres se esfuerzan lo suficiente para mantenernos alejados.
Es por eso que he planeado escaparme de casa para poder estar ahí a tiempo, el reloj marca las 7:00, tomé mi chaqueta me dirigí a la sala de estar de puntillas vigilando que nadie se diera cuenta de mi huida.
Toqué la perilla de la puerta con mucho cuidado para hacer el menor ruido posible.
Cuando estaba por completar la difícil tarea, la voz de mi hermana pequeña me sobresaltó. — ¿A dónde vas? —me preguntó entre susurros, llevé mi mano libre hacía mi pecho espantada.
— ¡Elissa me asustaste! — proteste. — Iré a ver a Dénis jugar —dije también en un susurro esperando su reacción.
En su cara pude ver extenderse el pánico total — ¿Estás loca? si nuestros padres se enteran te mataran, sabes muy bien que no soportan que tengamos ninguna relación con los Preston —arguye nerviosa, la mire era tan pequeña e inocente. Odiaba que todo esto le causará angustia, aunque en realidad ni siquiera yo sabía con exactitud el motivo de su odio hacía ellos, y de ellos hacía nosotros.
Solo una cosa era clara: se odiaban y mucho.
—No pasará nada malo —le dije con voz suave para tranquilizarla. —Tú solo cúbreme ¿de acuerdo? Serán unas horas solamente lo prometo —Elissa soltó un suspiro resignada.
El sentimiento de culpa me invadió por poner a una niña de catorce años en aprietos, pero una promesa es una promesa yo jamás he roto una, y esta no será la excepción.
Le daré una buena recompensa por esto después lo juro.
—Todo estará bien volveré, pronto regresa a la habitación e intenta dormir otra vez. —le pido, Elissa obedece y yo salgo de casa aliviada por haber logrado salir ilesa, respiré un poco de aire fresco para liberar la presión.
Poco después llegue al estadio, la gente estaba formada en una fila en espera de su boleto de entrada para el partido, saqué del bolsillo de mi chaqueta el boleto que me había dado Denis tres días antes del partido, y se lo entregue al guardia de seguridad.
— ¿Vienes a apoyar a las panteras? —Me pregunta entusiasmado, asiento con la cabeza sonriendo.
Recuerdo aquella vez que nos reunimos con el equipo y los ayudé a elegir su nombre, querían algo imponente y rudo, Dénis quería llamarlos los halcones discutimos por más de media hora por los nombres, hasta que el capitán del equipo decidió que el nombre que había propuesto yo era mucho mejor.
