Cara Williams y Denis Preston son mejores amigos desde niños a pesar del ferviente odio que hay entre sus familias. Una amistad indestructible o eso es lo que parece hasta que un terrible secreto que podría dejar una marca imborrable en la vida de a...
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Soy el causante de un accidente que provocó la muerte... soy el responsable de la muerte de Adam.
La confesión de Denis se reproducía en mi cabeza mientras caminaba por la carretera de regreso a casa, quiero callar su voz, quiero anestesiar el dolor.
Me tomo la cabeza con ambas manos como si esa acción ayudara a mi propósito.
Soy el responsable de la muerte de Adam.
— ¡Cállate! ¡Cállate! —dije entre sollozos desesperados a la voz de Denis grabada en mi mente que solo me hacía volver a sentir el inmenso dolor que sentí cuando mi hermano murió, después de tanto andar vislumbro las calles que pronto me adentraran a mi destino.
Ya casi estoy cerca.
Lo sé porque he llegado al parque del cual sólo tengo que caminar unas cuadras, para estar en el vecindario, pero me es imposible dar otro paso, me tiemblan las piernas de lo cansadas que están por venir andando hasta aquí.
No me alcanzaba para que un taxi y mi coche lo he dejado en la escuela.
Espero no encontrarlo desmantelado mañana, que tonta soy
¿Pero que iba a saber yo que este día sería el peor de mi vida?
Sigo un poco mareada y la cabeza me duele, me acomodo en una de las bancas negras del parque para estabilizarme, no quiero que Elissa o mi madre me vean de este modo ni tampoco tener que contarles todo esto.
Quiero evitarles que sientan lo que ahora siento yo, aunque eventualmente lo sabrán, al conseguir algo de calma o mejor dicho disfrazar el dolor cruzó a mi casa sin mirar a la casa de en frente. Si lo hago volveré a romperme, Denis fue mi ancla en esos días de obscuridad recuerdo lo fácil que le resultaba hacerme olvidar situaciones difíciles y dolorosas.
Esto es doloroso y él fue quien me dio el dolor más grande, estoy empezando desear no haberme enterado, por más que me niegue admitirlo en este momento lo necesito. Pero tengo que aprender apañármelas sin él, Denis no se merece que yo lo necesite.
Mi auto estaba estacionado en donde lo dejo todos los días.
¿Cómo rayos llego aquí? No hay otra explicación más que una. Denis, el solo pensamiento de su nombre hace que me atraviese una punzada de dolor en el pecho y presiento que lloraré otra vez si me quedo observando mi coche otro segundo más.
Doy media vuelta subiendo las escaleras de la entrada como huyendo de todo lo que paso hoy, no creo que ya nada pueda ser peor, abro la puerta y entro a casa donde mi madre y mi hermana cenan viendo la televisión, sus facciones no son las felices y relajadas como lo eran semanas atrás, incluso las de hoy por la mañana.
—Tienes que ser fuerte —me animo internamente mientras camino a ellas para saludarlas.
—Buenas noches —les digo a las dos en la mesa con la mejor sonrisa que puedo ofrecerles.
