Cara Williams y Denis Preston son mejores amigos desde niños a pesar del ferviente odio que hay entre sus familias. Una amistad indestructible o eso es lo que parece hasta que un terrible secreto que podría dejar una marca imborrable en la vida de a...
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Estúpido.
Un gran estúpido eso es lo que soy.
¿Cómo se me ocurrió pensar que podría haber una minúscula posibilidad de que ella pudiese fijarse en mí? Su mejor amigo desde niños, el que la ha visto vulnerable, el que la ha hecho reír, el que sabe todos y cada uno de sus secretos.
Que iluso.
¿Cómo lo pensé siquiera?
Todos saben que la suerte de los mejores amigos en el terreno amoroso no es precisamente buena, las chicas no quieren a un hombre que les cuide el corazón.
Prefieren a uno que se los haga pedazos.
Carajo, yo que juraba que nunca iba a pasar por esta mierda y acabe enamorándome de quien no debía. Mi pecho sube y baja gracias a las rápidas respiraciones que libero por el cólera que me produce el recuerdo de la confesión que Cara le hizo a Taylor.
Camino por la habitación ocupándome las manos con el montón de ropa que traslado a la maleta vacía.
No pienso quedarme aquí a ver cómo me voy enamorando cada vez más, todos mis hermanos se están divirtiendo en el cumpleaños de Charlie y a mis padres, a ellos les dije que me iría por un tiempo con la tía Maggie.
Veré si puedo trasladarme a San Francisco para realizar ahí las practicas, mi madre gustosa acepto sin cuestionarme nada, mi padre en cambio me dirigió una mirada que solo los padres que te conocen más de lo que tú te conoces a ti mismo te dan.
Pero no dijo nada.
Salí de casa con maletas en mano creyendo que me iría sin problemas, sin embargo Cara me cambia todo lo planificado, sus ojos recaen en mis maletas y luego en mí. Pero que mierda... ya hemos pasado por esto y me gustaría no tener que repetirlo.
— ¿Q-qué... haces? —su pregunta suena temblorosa.
—Me voy, eso hago —le contesto sin tacto.
Estoy molesto y me gustaría decir que es su culpa, aunque sé que es mía.
— ¿A dónde?
—Lejos de ti —esquivo su figura para llegar a la camioneta.
La chica no tarda mucho en seguir mis pasos.
—Sé que estas muy enojado por lo que escuchaste en la fiesta, pero no lo escuchaste todo, si me dejas... —me sujeta un brazo en cuanto la siento me vuelvo para enfrentarla.
—Es que ni siquiera sé si es eso lo que me enoja, eres tú Cara, me molestas tú —mi respuesta fue un látigo de dolor invisible para ella pude notarlo en sus facciones. Pero estoy tan enojado que ahora mismo me importa una mierda que le duela lo que digo. —Si me preguntas que siento en este momento por ti es odio, te odio Cara justo hoy quisiera que nunca te hubieras cruzado en mi camino —me mira sin entender que es lo que está sucediéndome.
