Por Ti Lo Haría( Disponible en Amazon)

Denis 10

El hijo de puta retrocede dándose cuenta de que no voy a dejar que se le acerque un paso más.

—Me dio gusto verte Cara —le dijo a modo de despedida.

Sigo sin quitarme del medio hasta que se aleja y no puedo verlo.

Me giro hacia Cara que está en trance por lo que acaba de suceder, de repente sus brazos me envuelven y ni siquiera me da tiempo de gritarle y recriminarle que verla acechada por ese pedazo de mierda me ha asustado como el infierno.

Le devuelvo el abrazo con más fuerza, puedo sentir su corazón latiendo despavorido contra mi pecho, acaricio su cabello para poder tranquilizarla, la hago caminar unos cuantos pasos hacia atrás para asegurarme de que no le ha hecho daño.

— ¿Te ha hecho daño? —Le pregunto en voz alta, ella dice que no con la cabeza. — Joder, Cara te encanta estar metida en líos —digo en voz baja

—Lo siento — su voz suena tan tierna que me es imposible estar enojado

— Vamos a casa —la tomo de la mano, no estoy dispuesto a dejar que vaya sin mi está vez.

Subimos a la moto, el viaje a su casa es silencioso, Cara baja de la motocicleta y la imito yendo con ella a la puerta de su casa. El remordimiento por lo que le dije esta tarde me vuelve loco.

Quiero decirle que no quise lastimar su orgullo, que es mucho más de lo que un hombre puede desear, que tiene razón no es ni la mitad de lo que son las chicas con las que solemos salir, quiero decirle que es mucho más hermosa que ellas.

Pero lo único que consigue salir de mi boca es...

—Perdón —su mirada al verme es de comprensión, lo cual me hace sentir más culpa.

—No pasa nada —me da una sonrisa y palmea levemente mi hombro. — Es tan propio de nosotros pelear por todo. Es cosa de hermanos. —comenta despreocupada.

Desvío la mirada a otro lado para que no pueda ver mi reacción.

—Sí, cosa de hermanos —le sigo el juego. — Bueno me voy. — le digo mientras me dispongo a cruzar a casa.

— Dénis —me llama de nuevo y me vuelvo para saber que quiere. Corre a mí dándome un abrazo sorpresa. Toma mi cara con ambas manos. — Te quiero —expresa besando mi mejilla y regresa a su casa.

Aturdido por lo que paso subo a la moto y voy a casa.

¿Que fue eso?

Cuando entro a la casa mamá está esperando en la sala de estar como un policía a un preso.

— ¿Dónde estabas?

Me reclama.

Se lo que viene y no tengo ganas de esto.

—Ahora no mamá.

— ¿Estabas con ella, no es así? —Sigo mi camino sin hacerle caso— ¡Te estoy hablando!, ¿Cuantas veces tengo que decirte que te alejes de esa... chiquilla? —Me encierro en la habitación.

Aliviado de no oír los quejidos de mi madre.

Me deshago de la ropa quedando solo en bóxer, enciendo la Xbox y juego una partida de fútbol para quitarme de la cabeza el afecto sorpresa de Cara. No entiendo porque hace esto, ni por qué mi corazón salta así cada vez que hace estas cosas si es tan niña, tan tonta, nada que ver con las chicas que a mí me gustan.

A lo mejor fue porque no logro acostumbrarme a sus cariños repentinos e inesperados.

Me sumerjo en el juego que logra su objetivo distraerme de mis pensamientos.