Cara Williams y Denis Preston son mejores amigos desde niños a pesar del ferviente odio que hay entre sus familias. Una amistad indestructible o eso es lo que parece hasta que un terrible secreto que podría dejar una marca imborrable en la vida de a...
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Louis nos ha llamado a todos para anunciarnos que Rene y Matías harán una comida para darle la bienvenida a su hermano después de la escuela, para pudiera acceder me aseguraron que su madre no estaría presente, ya he tenido bastantes problemas con ella por negarme a dejar en paz a su hijo.
Su desprecio por mí es increíblemente grande y por más que quiero demostrarle que no soy como ella cree busca siempre un error en mis acciones, o palabras, y no pierde oportunidad cuando se trata de insultarme a mí o a mi mamá.
Pretendo llevar mí auto, no lo he manejado desde que Taylor se obsesionó con llevarme en el suyo todos los días. Es rara su tardanza, siempre está aquí a la misma hora supongo que hoy no vendrá, así que pongo en marcha el coche para llegar a tiempo a la primera clase.
Voy por los libros al casillero y me halló con la sorpresa de un libro de mí autora favorita con una rosa azul artificial y una nota encima, en automático siento como una sonrisa se formó en mis labios cuando leí la nota.
Sé cuánto amas estas cosas, así que te comprare miles de estos para conseguir que me perdones, no es suficiente. Lo sé, pero cada día te daré una razón por la que tienes que perdonarme.
Razón 1: Pintar una rosa de azul no es nada fácil brujita, considéralo.
Atentamente: Mrs. Sexy
PD: Acostúmbrate a ese apodo va muy bien con tu personalidad.
Mi sonrisa se enchansa al leer lo último —Brujita— susurro probándolo en mis labios al tiempo en el que meneo la cabeza por las ocurrencias de mi amigo, una ocurrencia demasiado tierna para ser honesta.
Guardo el libro y me dirijo al salón de clases, no veo a Taylor por ningún lado, tomó mí asiento en literatura justo en medio de Denis y Louis.
Las dos horas permanezco en silencio, Taylor jamás ha faltado a clases, a pesar de su fama de chico rebelde le gustan las clases, no es el más listo, pero lo intenta para que sus notas sean buenas.
Nos sentamos en la mesa de siempre y empiezo a comer de mí baguete.
Estuviste muy callada en las clases hoy ¿qué pasa? —Me pregunta Barbie y las miradas de todos mis amigos vinieron hacia mí.
Cuando me disponía a contarles lo ocurrido, veo transitar a Taylor por la cafetería, su cara estaba cubierta por la capucha de su sudadera negra, acto seguido me levanto de la mesa y avanzo en su dirección dejando a los chicos con más dudas que antes. Se sigue de largo caminando hacia los baños sin enterarse que lo estoy siguiendo, ya que estaba ocupado hablando por teléfono tan despacio que a duras penas y podía oírlo.
Luce disgustado, camino más cerca de él con todo el sigilo que puedo para poderlo escuchar.
—No sé si deba seguir con esto, no por supuesto que no. Demonios, cuando dejes de portarte tan desesperante hablamos ¿de acuerdo? —reniega en susurros a quien sea que lo haya hecho enfadar, y cuelga se da la vuelta encontrándose conmigo.
