Cara Williams y Denis Preston son mejores amigos desde niños a pesar del ferviente odio que hay entre sus familias. Una amistad indestructible o eso es lo que parece hasta que un terrible secreto que podría dejar una marca imborrable en la vida de a...
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— ¡No quiero princesitas jugando a atraparse entre ellas. Quiero hombres entrenando duro! —Nos ordena el entrenador mientras trotamos al rededor del campo— Uno, dos, uno, dos, la temporada está empezando y aunque hemos estado ganando quiero verlos ganar siempre, yo no entreno perdedores ¿entendido?
— ¡Si señor! —dijimos todos al unísono luego de haber terminado.
—Pueden irse —ordena y sopla el silbato, que creo que ha dejado a más de uno con problemas de audición. Al marcharse el entrenador Flyn, el equipo rompe la fila en la que estábamos formados hace un momento, disipándose por todas partes cada uno.
Yo voy a las gradas en busca de mi botella de agua le doy un gran trago para calmar la sed que me ha provocado este arduo entrenamiento, hago la cabeza hacia atrás dejando caer la poca porción de líquido que quedaba en la botella sobre mi cara y cabello.
Luego de eso, Charlie, Louis, y yo nos reunimos encaminándonos a los vestidores. Una vez ahí me deshice de las hombreras, y el resto del uniforme metiéndome a una de las duchas.
Deje caer el agua caliente sobre mi cuerpo que al instante relajo mis músculos tensos, una vez que me asegure de estar lo suficientemente limpio me vestí, pase la camisa negra por encima de la cabeza y entro en mis vaqueros mezclilla.
Me acerco al espejo, mis rizos castaños están descontrolados así que decido cubrirlos con una gorra hacia atrás, que lleva una pequeña pantera bordada, el logo de nuestro equipo. Esa es la razón por la que nos permiten portarla dentro de la escuela.
Mi padre dice que soy físicamente igual a mi madre a excepción del cabello rizado y mis ojos pequeños y verdes eso lo saqué de él, la galanura es un poco suya y otra poca es por mi cuenta. —Joder pero guapo estas.
— Dénis sé que soy irresistible pero ¿podrías ser más discreto?— la voz Taylor se oye a mi izquierda, ruedo los ojos debido a su comentario tan desafortunado.
—Hablaba con mi reflejo, no tienes tanta suerte bastardo. Además tengo muchas chicas por complacer todavía no he cambiado de idea lo siento. —le suelto al muchacho.
Taylor ríe. —Ya hombre que yo tampoco he cambiado de idea, menos ahora que un angelito me ha atrapado — frunzo el ceño confundido.
— ¿Te estas drogando o algo? No deberías si estas entrenando. —le aconsejo fingiendo preocupación.
—No, eso no es mi estilo. — puntualiza irritado. —Hablo de Cara, tu mejor amiga. Te veo más tarde Preston, o debería decir cuñado —recalca eso ultimo mostrándome una sonrisa satisfecha.
Idiota.
No me gusta para nada lo que esa palabra me hace sentir, Cara no es mi hermana, odio que me llame así. Pero tampoco la detengo, y ni siquiera tengo derecho a decirle con quien debe enrollarse, sin embargo, hay algo que no termina de gustarme.
