Capítulo 10

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Domingo, cinco de la tarde. Min Yoongi no era del tipo de persona que disfrutaba de salir a dar un paseo en un precioso día soleado, pero lo hizo. Namjoon, uno de sus mejores amigos, lo había citado para encontrarse en un parque del centro de la ciudad. El clima era precioso. La primavera ya había llegado, y la cálida brisa era más que agradable. El lugar estaba lleno de gente. Grupos de jóvenes con sus amigos y familias con niños ocupaban cada pequeño espacio, lo cual hizo que el muchacho se sintiera un poco incómodo, pero decidió restarle importancia.

Después de haber caminado por varios minutos, divisó a lo lejos una cabellera color violeta, y reconoció al instante que se trataba de su amigo. Se acercó a él, quien estaba tomado de las manos junto con otro chico, que era su novio, Seokjin. Ambos eran muy amigos del pelinegro.



—¡Yoongi! ¡Viniste!

—Suenas sorprendido.

—Es que lo estoy —rió—. Creí que cancelarías el paseo, para que nos juntemos en alguna de nuestras casas.

—Ah, sí... bueno, no hace mal respirar un poco de aire fresco, cada tanto.

—Así me gusta —dijo Seokjin y sonrió— ¿Cómo va todo?

—Bien ¿Qué hay de ustedes?

—Lo de siempre —se encogió de hombros—. Por suerte, me tocó estar con la misma clase del año pasado. Conozco bien a los chicos y sé qué hacer para que entiendan mejor el idioma.



Namjoon se había graduado como profesor de inglés hacía unos años. Pudo hacerlo siendo muy joven, ya que, debido a su gran intelecto, había sido promovido de año en dos ocasiones cuando cursaba la escuela secundaria. Seokjin tenía un muy buen puesto en una empresa reconocida.



—Eso es bueno ¿Qué hay de ti, Jin hyung?

—Es algo cansador, pero está bien. Igualmente, eso no es importante, ahora. Comenzaste a enseñar en la universidad ¿Cómo te fue?

—Es asombroso.

—Lo sé, ¿No? No hay nada como enseñar ¿No sientes que te apasiona?

—Sí. Jamás esperé que fuera así, pero me gusta mucho. Puede que lo siga haciendo en el futuro. Además, mis alumnos son asombrosos.

—Eso es genial. Incluso cuando son desobedientes, si te gusta enseñar, ningún reto es demasiado difícil y ellos siempre te caerán bien, de algún modo.



Yoongi asintió con la cabeza y desvió su mirada, observando todo a su alrededor. Entrecerró sus ojos, concentrado en algo que había visto a lo lejos, y se alejó de los chicos.



—Es increíble que ustedes dos amen enseñar. Yo jamás podría. No tendría paciencia para-- ¿En dónde está Yoongi?

—¿Qué? —miró a su alrededor.

—¡Por allá! —señaló hacia el frente.



Ambos se acercaron hacia él. Se sintieron confundidos al verlo. Acababa de comprar un enorme y esponjoso algodón de azúcar. Yoongi los miró.

Two melodies [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora