Two melodies [Yoonmin] ©

Capítulo 13

Namjoon guardó sus cosas después de haberse despedido de su clase, y se dirigió a la puerta de salida del colegio. Se encontraba realmente cansado, por lo que deseaba con todo su ser llegar a su casa pronto y relajarse. Lamentablemente, al parecer, sus planes no se cumplirían de la manera en que quería. Al llegar a la vereda, se encontró con su amigo, Min Yoongi, quien estaba parado junto a su auto. Se acercó a él.

—¿Hyung? ¿Qué haces aquí?

—¿Podemos hablar?

—Claro.

Namjoon subió al asiento del copiloto, y Yoongi condujo hasta la casa del menor. Cuando llegaron, ambos bajaron del auto e ingresaron a la vivienda. Después de haberse puesto cómodos, sentados a la mesa de la cocina, mientras bebían una deliciosa bebida caliente, se oyó un suspiro.

—¿Querías hablarme?

—Sí. Creo que tú más que nadie podría ayudarme con esto.

—¿Es por ese chico, Park Jimin?

—Oh, veo que Seokjin te dijo hasta su apellido ¿Por qué no me sorprende?

—Entonces, es por eso.

—Verás... —carraspeó— pensándolo bien, quisiera que me contaras algo.

—¿Qué cosa?

—Cómo inició todo entre Seokjin y tú.

—Bien... —rascó su barbilla— ocurrió cuando empecé a estudiar en la universidad. Él también estaba en su primer año, y nos volvimos muy cercanos.

—¿Pero cómo te diste cuenta de que te gustaba?

—Sólo lo hice. Tenía novia en ese entonces, ¿La recuerdas?

—Preferiría no hacerlo. Era irritante —arrugó su nariz.

—A mí me gustaba mucho, pero dejé de fijarme en ella de un momento a otro. Prefería estar con Jin, antes que con ella. No me había dado cuenta de eso, sino hasta que hyung me lo dijo.

—¿Él lo hizo?

—Le parecía extraño, ya que siempre le había hablado de la relación que llevábamos, y de lo unidos que solíamos ser. Pero en ese último tiempo, casi ni la veía. Sé que no es el caso contigo, porque siempre fuiste así con Hae In.

—Sí, lo sé —bufó—. Oye, no puedes sólo darme como respuesta a mi pregunta un "sólo lo hice". Necesito detalles.

—Bien... él comenzó a atraerme. Jamás me había fijado en un chico, y por eso me desconcertaba el hecho de pensar en él como un hombre hermoso, y con quien quisiera compartir algo más que una amistad. Al principio, me negaba a todo eso. Luego, lo acepté, pero me costó decirlo.

—¿Y cómo lo hiciste?

—Pensé que sería mejor para los dos. Ya había comenzado a gustarle a Jin hyung, y él pasaba cada día pensando que estaba enamorado de alguien que jamás podría corresponder sus sentimientos. Y yo lo hacía, pero no tenía la valentía suficiente como para decírselo.

Silencio. Namjoon miró a su amigo. Al verlo tan sumergido en sus pensamientos, alzó una ceja.

—¿En qué estás pensando? ¿Acaso sirvió de algo que te haya dicho esto?