Capítulo 39

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Domingo por la mañana. Namjoon detuvo su auto frente a una pequeña, pero pintoresca casa. No había muchas otras alrededor, y la ciudad se encontraba lejos, lo cual hacía que sólo se oyera el sonido del silencio, junto con el cantar de las cigarras.



—Bueno, llegamos.



Namjoon bajó del vehículo junto a Seokjin. Ambos se dirigieron a la parte trasera del auto, y comenzaron a bajar el equipaje que habían llevado.

Por su parte, Jimin aún seguía en el asiento trasero con un Yoongi dormido, que apoyaba su cabeza sobre sus piernas. No quería moverse. Sabía que el mayor se encontraba cansado, sin mencionar que, a sus ojos, se veía realmente adorable. Aún así, muy a su pesar, lo movió suavemente.



—Yoongi... hyung, despierta.

—Mmmh... —se quejó, aferrándose con fuerza a la cintura de Jimin.

—Ya llegamos.

—Un rato más.

—Te dormirás de nuevo, y no quiero estar mucho más tiempo aquí. Está apagado el aire acondicionado, y ya estoy sintiendo el calor —se abanicó con su propia mano—. Por favor, hyung.

—De acuerdo.



Yoongi se levantó y estiró sus extremidades. Posó un beso en la mejilla de Jimin, y bajó del auto. El menor hizo lo mismo.



—Hyung, ¿Hay que bajar algo más?

—No, Yoongi, gracias —sonrió Seokjin—. Ya está todo adentro. Vamos, vengan.



Los tres se metieron a la casa, admirando cada detalle, llenos de curiosidad. Habían aprovechado los días de vacaciones para poder hacer una escapada juntos a la playa, y habían rentado aquel lugar entre los cuatro. No quedaba ni muy lejos, ni muy cerca de sus hogares. Se encontraban aproximados a la parte más tranquila junto al mar, y era lo ideal, pues relajarse era lo que más querían y necesitaban.



—Namjoon, ¿En dónde está nuestra habitación?

—Subiendo las escaleras, es la segunda, justo al lado de la nuestra.



Yoongi asintió y agarró las maletas, siendo ayudado por Jimin, quien le regaló una linda sonrisa. Una vez que llegaron al cuarto, el mayor se dejó caer de espaldas sobre el colchón de la cama. El otro muchacho rió. Yoongi palmeó un lugar vacío a su lado, el cual fue ocupado rápidamente por Jimin.



—¡Qué lindo! ¡Nuestras primeras vacaciones juntos! —sonrió y, poco después, se apenó por lo anteriormente dicho.

—Ya no hagas eso.

—¿Qu--qué cosa?

—Avergonzarte cuando dices cosas como esas. No eres el único que piensa en el futuro de esta relación.

—¿También lo haces? E--es decir... seguramente, no lo haces tanto como yo, pero--

—Lo hago.



Yoongi buscó la mano de su novio, tanteando sobre el acolchado, hasta haberse topado con sus pequeños dedos. En cuanto lo hizo, la tomó y la presionó cariñosamente.



—Y al pensar en el futuro--

—Lo sé. Piensas en la respuesta que debes dar en la universidad, al terminar las vacaciones, ¿No es así?

—Sí —suspiró.

—Yo también he pensado sobre eso, pero para eso vinimos aquí.



Two melodies [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora