Ya era tarde en la noche. Hoseok se había ofrecido para alcanzar a Yoongi hasta su casa, y el mayor no se opuso. Se encontraba demasiado cansado como para caminar y, además, podía ser peligroso a esas horas. Al llegar al domicilio del joven, el coche se detuvo. Yoongi suspiró y sonrió al haber visto a Jimin, quien se encontraba adormilado sobre su hombro. Lo apartó suavemente. El menor lo miró con una pequeña sonrisa.
—Descansa.
—Igual tú.
—Llámame más tarde. Quiero saber cómo va todo con tus papás.
—Lo haré.
Yoongi le dio un beso en la frente, y luego otro en los labios, despidiéndose de él. Saludó a los otros dos jóvenes allí presentes, y se adentró a su casa. Dentro de la misma, sólo había silencio. Se aproximó hasta el cuarto en donde se encontraba su familia, y pudo ver que los tres ya estaban durmiendo. Él se dirigió hasta su habitación, que estaba junto a la de ellos, y cayó profundamente dormido, rogando que la mañana siguiente le trajera buenas noticias.
El cansancio y un extraño sueño creado por su inconsciente, hicieron que las horas que él había dormido se sintieran como si hubieran sido minutos. Despertó gracias al delicioso aroma del desayuno. No estaba acostumbrado a eso, pero la idea le agradaba. Después de haberse estirado, cambiado y preparado, bajó las escaleras y entró a la cocina, en donde sus padres y su hermano ya estaban sentados a la mesa. De pronto, recordó todo lo que había sucedido el día anterior, y los miró con un poco de miedo, pues no tenía idea de cómo habían quedado las cosas después de haber ido a la casa de su amigo.
—Buenas tardes, cariño —dijo su mamá, y besó su mejilla— ¿Desayunas?
—S--sí, gracias —se sentó.
—Buenos días, Yoongi.
—Hola, papá.
El hombre tenía un periódico en sus manos, del cual no había despegado la vista en ningún momento. Y no pensaba hacerlo. Tenía mucho de qué hablar, pero sabía que podría intimidar a su hijo con la mirada, juzgándolo de alguna manera. Y para tener una buena charla, esas cosas debían evitarse.
—Hijo, quiero que me escuches —dijo sin dejar de leer.
—Está bien.
—Hablamos con tu madre, anoche.
El señor Min no pudo más. Dobló el periódico a la mitad, y miró a los ojos a su hijo menor, quien tragó saliva, nervioso. Efectivamente, sus ojos tenían ese algo que hacía que Yoongi se asustara un poco por lo que podría suceder. No obstante, era el hombre quien tenía miedo, también. Temía por el bienestar de su hijo.
—¿En serio te gusta este... chico?
—Jimin, papá. Y sí, me gusta mucho.
—No todos van a aceptarlos.
—Lo sé.
—Va a ser difícil si va en serio, y si deciden, en un futuro, casarse.
Yoongi pensó que era un poco precipitado pensar en matrimonio, cuando recién llevaban un mes juntos. Pero no podía engañar a nadie. Sin querer, lo había pensado varias veces, incluso sin haber tenido la intención o los planes. Sólo por curiosidad; por saber qué pasaría en un futuro, si su relación avanzaba mucho más. Aunque jamás lo admitiría en voz alta.
—Soy consciente de eso.
—Es tu alumno.
Su hijo lo miró a los ojos, y se quedó en blanco, sin poder decir ni una palabra.
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Two melodies [Yoonmin] ©
FanficUn profesor y un alumno. Dos personas diferentes, con una misma pasión: la música. Las vidas del profesor Min y el joven estudiante Park Jimin se cruzan, y juntos descubrirán misterios y verdades, como también el amor.