Two melodies [Yoonmin] ©

Capítulo 43

La noche ya había llegado, y todos se habían ido a dormir, en casa de los Jeon. Taehyung, quien se estaba quedando allí durante una semana, se acomodó en la cama junto a Jungkook. El muchacho acercó su mano hacia el rostro del menor, y acarició su mejilla con suavidad, como si hasta el más delicado toque pudiera hacerle daño. El menor cerró sus ojos ante los mimos.

Tae se sentía en paz, no sólo por estar junto a su novio, sino también por el hecho de que su familia lo haya aceptado. Ellos desconocían la orientación de Jungkook, y había sido complicado, al principio. Sin embargo, terminaron aceptándolo poco a poco. Después de días y días de haber rogado sin descanso, Jungkook por fin había logrado traer al muchacho de Daegu a su casa, para que pasara allí unos días.

La suave risa del más chico sacó a Taehyung de sus pensamientos, haciéndolo sonreír.

—Me haces cosquillas.

—Pero quiero acariciarte.

—Sería mejor que me beses.

La cara de Jungkook se tornó completamente roja, y carraspeó, incómodo. Taehyung se acercó a él y obedeció sus palabras, besando sus labios. Primero, siendo aceptado por el otro con timidez; luego, tornando cada movimiento más apasionado, más rápido, jugando tanto con sus bocas, como con sus manos en sus cabellos y en sus mejillas. No tenían idea de por qué, pero el ambiente había cambiado de manera drástica, y ninguno se dio cuenta de en qué momento había pasado. Sin embargo, no podían detenerse.

De repente, la puerta del cuarto se abrió. Taehyung se asustó, cayendo al suelo. Quien había entrado era el hermano de Jungkook. Este último, al verlo, se sentó en la cama, mirándolo con una pizca de pánico en sus ojos.

—Hyung...

—¿Me prestas tu computadora? —frunció sus cejas— ¿Qué hace Tae en el piso?

—Oh, es que-- se cayó mi celular, lo estoy buscando —respondió.

—¿No está ahí arriba?

Taehyung se levantó y miró sobre la mesita de noche. Rió y lo tomó en sus manos.

—¡Gracias! Pensé que se había caído.

—Se ve que no.

El muchacho entró al cuarto, tomó lo que necesitaba del escritorio de su hermano y salió, deteniéndose en el marco de la puerta.

—Ahora sí, sigan besuqueándose. La próxima vez, tocaré antes de entrar.

Después de que se hubo ido, Jungkook se puso boca abajo, hundiendo su rostro en la almohada. Taehyung rió y se puso en la misma posición que él, con la diferencia de que este tenía la cabeza hacia el costado, mirándolo con amor en sus ojos.

—¿Qué tienes?

—Es vergonzoso.