Capítulo 45

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Algunas maletas se encontraban ya listas en el suelo de la habitación de Jungkook. Él estaba sentado en una silla frente a su escritorio. Había encendido su computadora y llamado a Taehyung. Aguardó durante unos segundos a que el mayor contestara aquella videollamada que habían programado desde hacía ya un par de días. De pronto, la cara del otro joven apareció allí en la pantalla, haciéndolo sonreír.



—¡Tae, hola!

Hola, Jungkookie ¿Cómo te sientes?

—Siendo sincero, estoy nervioso.

—No tienes por qué. Sabes que Hoseok estará contigo.

—No creo que pueda contar con eso. Eun Kyung estará allí, también. 

—Cierto, es verdad —suspiró— Bueno, supongo que no te quedará otra cosa, más que hacer nuevos amigos.

—Lo sé. 

—Vas a asombrar a todos con tu voz, de eso estoy muy seguro —sonrió con orgullo.

—Te extrañaré mucho.

—Podremos vernos por aquí —se encogió de hombros.

—Ya sé, pero no es lo mismo.

—No importa. Esta es una gran oportunidad para ti. Estaremos separados por cuatro meses ¿Y qué? Sé que tienes un gran futuro por delante cuando se trata del canto. Y si no lo llegas a tener, es lo que amas hacer. Sé que, más allá de todos tus temores, estás más que ansioso por empezar.

—Lo estoy.

—¿Ves? Sea en el momento que sea, tienes que hacerlo. De todas formas, sabes que estaré aquí esperándote para cuando regreses. Y cuando nos veamos, te daré todo el cariño que no podré darte en persona durante esos meses en los cuales estarás ausente.

—¿Tienes que ser tan dulce? —se sonrojó.

—Sí. Es mi trabajo hacer que te pongas rojo como un tomate.

—Tonto —negó con la cabeza—. Ni siquiera me fui, y ya te extraño.

—Es porque no estoy presente, idiota —rió.

—No es por eso. Estaré aún más lejos y--



La puerta del cuarto de Jungkook se abrió, haciendo que cortara sus palabras. Su madre se acercó lentamente a él, y puso una mano sobre su hombro. Giró su cabeza y vio a la otra persona en la pantalla, quien agitó su mano con emoción en forma de saludo.



—¡Hola, señora Jeon! ¿Cómo está? —saludó Taehyung, feliz.

—Hola, cariño —sonrió—. Muy bien, gracias —miró a su hijo—. Oye, Jungkook, ya nos vamos.

—Está bien.



Tras haber revuelto sus cabellos, la mujer dejó la habitación. Jungkook suspiró.



—Creo que ya es hora.

—Así es ¡Adiós, Jungkookie! ¡Que tengas mucha suerte! Aunque ya sé que te irá genial, te deseo todo lo mejor.

Two melodies [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora