Capítulo 27

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Yoongi abrió sus ojos lentamente. La habitación estaba oscura, pero no porque fuera de noche, sino porque el día estaba completamente nublado, ya que afuera se había desatado una terrible tormenta. El muchacho tardó un buen rato en darse cuenta de que tenía a Park Jimin abrazado a su cuerpo. Sus piernas se encontraban enredadas con las de él. Estaba aferrado a Yoongi como si fuera su osito de peluche, y este sonrió al verlo. El menor dormía plácidamente. No quería despertarlo. Se veía como un pequeño ángel de desordenados cabellos y abultadas mejillas. Con cuidado, volteó un poco para poder verlo mejor.

Los recuerdos de la noche anterior aún seguían vivos en su mente. Había sido extraño para él, ya que había sido su primera vez estando de esa manera con otro hombre ¿Pero era eso realmente importante, o lo era el hecho de que aquella persona fuera la más preciada para él, en esos momentos?

Una y otra vez se preguntaba en su cabeza en qué momento su alumno se había vuelto tan indispensable para él, y cuándo había comenzado a quererlo con tanta fuerza. Y cuanto más lo pensaba, más grande se hacía su sonrisa, sin que supiera el porqué.

Jimin frunció sus cejas, como si estuviera molesto. Luego, abrió sus ojos. Al ver al mayor, su mirada se suavizó y sonrió.



—Buenos días.

—Buenos días, Jiminnie ¿Tuviste pesadillas?

—No, ¿Por qué?

—Estabas haciendo caras hace un rato —acarició su mejilla.

—¿En serio?

—Sí. Parecías enojado.

—Bueno, si soñé algo, no lo recuerdo —rió, frotó sus ojos— ¿En qué momento me dormí?

—Fue anoche. Hablamos por un largo rato, y te dormiste, de un momento a otro.

—Ay, ¡Qué descortés de mi parte! ¿Por qué no me despertaste?

—Te veías muy cansado. No te quise molestar.

—¿Y tú qué hiciste?

—Bajé a guardar las cosas que habíamos sacado para la cena, y volví aquí, contigo.



El estómago de Jimin rugió. Este hizo una cara extraña, como si estuviera disgustado. Yoongi se sentó en la cama, y comenzó a ponerse su ropa.



—Ya veo. Era eso.

—¿Qué?

—Esa cara es la misma que hiciste mientras dormías. Supongo que sólo era hambre.

—Ah... —lo miró— ¿A dónde vas?

—Iré a preparar el desayuno —rió, negando con la cabeza—. Quédate aquí.

—No, déjame ir a ayud--

—Que te quedes aquí, dije.



A pesar de que las palabras hayan sido dichas con un tono duro, Jimin sonrió, sabiendo que el mayor sólo quería tener un lindo gesto con él. De todas formas, se paró, se vistió y bajó las escaleras. Antes de que pudiera entrar del todo a la cocina, lo observó desde la puerta con una enorme sonrisa en sus labios.



—Creí haberte dicho que te quedaras en la cama —dijo Yoongi, sin haber volteado— ¿Tanto me extrañas?

—Sí, demasiado.



Jimin caminó hacia el mayor, y lo abrazó desde atrás, apoyando su mentón en su hombro.



—De todas formas, tendrías que haber esperado. Quería hacer algo lindo, como llevarte el desayuno a la cama. No fui muy atento anoche, que digamos. Te invité a cenar, pero jamás tuvimos una cena.

Two melodies [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora