Capítulo 32

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Lunes por la mañana. Yoongi despertó y sonrió sin siquiera haber abierto los ojos. Los recuerdos de la noche anterior aún seguían vivos en su mente y en su piel. Las suaves caricias de Jimin todavía quemaban en su cuerpo. Podía percibir el rastro de miles de besos, y a ellos dos, unidos como si fueran uno. Estiró su brazo a lo largo de su cama para buscar al causante de aquellas sensaciones, pero no encontró a nadie. Abrió sus ojos y se sentó, rascando su cabeza. Había una nota sobre la mesita de noche. Rodó los ojos, sonriente. La leyó.


"Yoongi,
         
             Me habría encantado despertar a tu lado, pero ambos sabemos que no podemos llegar juntos a la universidad. Nos vemos después.                                

Jimin."



Yoongi negó con la cabeza, y se preparó para ir a trabajar. Después de haberse dado una ducha, se cambió, tomó el desayuno y salió a la calle, rumbo a la institución. Casi era verano. El sol empezaba a quemar sobre su piel, y sus rayos molestaban en sus ojos. Pero no le importaba. No cuando, por fin, había hallado otra razón para ser feliz, además de su adorada música.

Cuando llegó, aún era temprano, pero pudo ver a algunos alumnos deambulando por el campus. Luego de haber avanzado unos pasos, una joven pasó a su lado con su bicicleta. Venía manejando tan atropelladamente, que por poco lo rozó, lo cual pudo haber causado un accidente. Al haberse percatado de ello, la chica se bajó y corrió hacia él.



—¡Señor Min! ¡Lo siento mucho! —hizo una reverencia, arrepentida por sus actos— ¿Le hice daño?

—No, estoy bien.

—En serio lo lamento. Es que estoy llegando tarde, y--

—Tranquila, las clases aún no comienzan.

—Lo sé, es que tengo que terminar un informe con unos compañeros. Debo entregarlo en la primera hora.

—Ve, entonces. Conduce con cuidado.

—Lo haré. Lo siento.



Después de haberse inclinado por última vez, la muchacha se marchó. Yoongi se quedó en su lugar, estático. Había algo que no le cerraba del todo desde hacía unos días y, sin dudas, se aseguraría de descubrir la verdad. Y para descubrirla, retrocedió unos pasos hasta llegar al puesto de seguridad de la universidad, y se metió dentro. Un guardia estaba sentado allí.



—Hola, profesor.

—Buenos días.

—¿En qué puedo ayudarlo?

—Verá... necesito saber si es posible revisar las grabaciones de seguridad del viernes a la tarde. Me enteré de algo que pasó, y quiero ver cómo fue.

—¿En serio? —frunció sus cejas— Dudo que haya pasado por alto algo, pero sí, ya le muestro.



El hombre encontró las grabaciones, pero se detuvo antes de poner alguna, pues debía preguntar por algunos detalles, primero.



—¿En qué lugar de la universidad pasó?

—¿Podríamos ver la parte de afuera de la biblioteca, por favor? Cerca de las cinco y media de la tarde.



Después de haber asentido con la cabeza, el guardia le mostró el sitio anteriormente mencionado, a la hora que Yoongi le había dicho. Cinco largos minutos pasaron, y cuando estuvo a punto de rendirse, vio en la pantalla a Jimin, quien salía del edificio.



Two melodies [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora