Capítulo 03

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Ese lunes en la última clase observo a su profesor algo distante, quería ver de nuevo esa sonrisa en su rostro

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Ese lunes en la última clase observo a su profesor algo distante, quería ver de nuevo esa sonrisa en su rostro. Había esperado todo el fin de semana, y ahí estaba, pero parecía estar incompleto, revisaba las tareas con tanto detalle que sentía como si no estuviera allí.

«Sebastián ¿en que pensaras?»

«Mírame... por favor... mírame... estoy aquí»

Los ojos del profesor lentamente se cubrían de una estela insípida.

«Estoy aquí»

«Voltea»

Inesperadamente giro la mirada hacia ella. El contacto visual duró tres segundos. Una eternidad en el infinito. Observó esa línea encantadora, media sonrisa. Su profesor había sonreído y ella no podía ocultar la suya.

Al finalizar las clases se acercó. Estaba preocupada por él.

─Profesor ¿se encuentra bien?

─Si. Estoy muy bien ─por alguna razón Emilie sentía que le estaba mintiendo. Pero lo comprendía, para él solo era una alumna más.

─Si usted quiere hablar, yo podría escucharlo ─otra media sonrisa, pero esta vez algo fingida.

─Gracias, Emilie ─observó cómo miraba su reloj, era obvio que quería marcharse, pero ella no podía dejar de mirarlo. Necesitaba más tiempo─. Traje unos libros que te servirán mucho, yo los usaba cuando estudiaba la universidad. Quiero que los tengas.

─¿Enserio?

─Si, de verdad, tómalos. Si surgen dudas hazmelas saber. Hasta mañana.

Ese hasta mañana fue eterno.

─Profesor.

─¿Sí?

─Yo sé que... ─trago saliva─. Sé que soy una desconocida para usted, pero cuente conmigo.

─Emilie, no eres una desconocida, eres una buena chica, de todos tus compañeros tú tienes chispa. Pero que sea un secreto. Hoy no me siento muy bien, pero se me pasara.

─¿Le cuesta decirme? ─esperó alguna expresión de su profesor. En su rostro estaba la duda.

─Estamos en la escuela. Aquí no se puede hablar de temas... delicados ─de nuevo aquella sonrisa fingida.

─Cafetería ─no se le había ocurrido otra mejor idea.

─¿Qué?

─Hay una cafetería, no está cerca, pero... es un lugar tranquilo ─esa cafetería donde lo había visto una vez, aquel día de lluvia y magia.

─¿Quieres escuchar la aburrida vida de tu profesor?

─Mi vida también es aburrida.

─Te equivocas, tu vida debe ser muy interesante a lado de tu mamá, imagino lo orgullosa que debe de sentirse con una hija como tú.

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