Capítulo 30

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Sebastián esperó a que ella terminara su tarea para ver una película en Netflix, ella abrió las bolsas de las botanas y las vertió en un tazón mientras él destapaba la Coca Cola y llenaba dos vasos. Miraba a tu tierna chica comer las doritos con tanto gusto.

─Lo siento es que no pude resistirme ─le dijo mientras se sentaban en el sofá.

─Aquí tienes.

Se acomodó a su lado rodeándola con una mano, la película Diario de una Pasión comenzaba. Escuchaba ese crunch que hacía al masticar.

─Perdón si hago ruido.

─Por favor, no te disculpes come con toda la confianza.

─Gracias ─Emilie se acercó para darle un beso en el mentón─. Antes de que se me olvide, mi mamá dijo que estas invitado para almorzar mañana.

─Allí estaré.

─¿Te gusta convivir con nosotras? ─ella se pegaba a su cuerpo.

─Me gusta ¿Por qué?

─Solo preguntaba, después de lo que me has contado no quiero que estés muy solo.

─Ya no lo estoy, Emile, estas en mi vida. Por otro lado, tu mamá me agrada, y veo que yo también, créeme cuando te digo que me gusta la familia que son ustedes.

─Bueno, hemos sido solo nosotras toda la vida, pero juntas hacemos un buen equipo.

─Eso se nota ¿alguna vez has sabido de tu papá? ─intentaba saber un poco más.

─No, nunca se ha aparecido en nuestras vidas, mi mamá una vez me habló de cómo se conocieron, iba a decirme su nombre, pero le pedí que no lo hiciera.

─¿Por qué? Digo si se puede saber ─tomo unas papitas y se la llevó a la boca.

─Porque no tiene caso, desde que nací nunca se ha acercado no tengo interés alguno en conocerlo o siquiera saber su nombre.

─Entiendo ─la observó tomar un sorbo de Coca Cola.

─Y tu ¿sabes algo sobre tu familia biológica?

─Si.

─¿En serio? ─parecía sorprendida pero no dejaba de comer las Doritos.

─Pero no es la gran cosa, cuando fui adoptado la encargada del Centro de Adopción les contó a mis papás mi situación.

─Cuéntame.

─Vengo de una familia disfuncional, creo que mis papás biológicos se cansaron de mí porque personalmente me llevaron a ese centro ─acarició su hombro luego ese cabello hermoso que tenía─, pase un año y medio allí creo que era tan feo que nadie me quería, y otro año entre papeleos con Laura y Ulises.

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