Capítulo 27

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Después de comer Sebastián tomó el helado del refrigerador, Emilie parecía encantada, comía con una cuchara directo del envase

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Después de comer Sebastián tomó el helado del refrigerador, Emilie parecía encantada, comía con una cuchara directo del envase. Mientras la miraba comer acariciaba sus mejillas, pensaba en los días cuando la mirada como su alumna, estaba muy enamorado, y cada día crecía más lo que sentía por ella. Pensó un momento en lo que había sucedido mientras venían al departamento, no quería que Greta, la sobrina de la rectora les diera problemas, Emilie no podría con tanto, decidió dejarlo aún lado para seguir contemplando a su chica.

El lunes por la mañana Emilie miraba a sus compañeras murmurar entre ellas, sin necesidad de saberlo era lógico que ya todos estuviesen enterados de la relación que mantenían, y de ello se había encargado Greta. Así fue como transcurrió toda la clase, sentía sus miradas, pero poco le importaba no tenía que darle explicaciones a nadie y podían pensar lo que quisieran, porque lo que sentía por Sebastián no iba a cambiar en absoluto.

Al final del día la última clase llegó y por la puerta entró un Sebastián demasiado serio, parecía tenso y un poco distante. Sabía que algo sucedía que le fue imposible no alarmarse.

─Greta, ¿podrías venir un momento? Necesito hablar contigo ─los celos de Emilie comenzaron a brotar. Ambos salieron del salón, se preguntaba de qué hablarían, porque Sebastián estaba así de exigente. No podía contenerse más se levantó de su asiento y salió del salón de clases. Escuchaba la voz enfurecida de Sebastián por las escaleras, solo eran ellos dos, Emilie se quedó cerca escuchando sin ser vista.

─¡Como puedes hacerle eso a Emilie!

─Me la debes, profesor. Te toca pagar.

─No te debo nada, la que reprobó fuiste tú.

─Así es esto, y si ella está contigo le irá peor. Casi todos en el salón saben lo que en realidad sucede entre ustedes.

─Lo que saben es una mentira que has divulgado sin importarte nada.

─La típica chica que se vende por una calificación.

Emilie entreabrió los ojos, todo eso era una vil mentira.

─Esto no lo voy a pasar por alto, tu tía habló conmigo le contaste algo que no pasó.

─Yo solo dije la verdad, la rectora debía saber que solo estas jugando con mi compañera, que solo la estas utilizando para tus necesidades maldito asqueroso.

─¡Jamás haría algo así! ¡jamás ¿entendiste?!

Emilie nunca lo había escuchado furioso, no podía imaginar cómo estaría por dentro.

─Al final de cuentas, yo gano, Sebastián ¿Quién crees que paga tu sueldo?

─Siempre creyendo que con dinero puedes estar encima de los demás, te equivocas, el que gana aquí soy yo, para que lo sepas bien tengo una prueba en contra tuya, ¿crees que soy imbécil? El semestre anterior quisiste sobornarme más de una vez, no sería difícil para mí mostrarle a tu tía los mensajes y las notas de voz que me enviaste. Pensándolo bien podría mostrarlo en una junta directiva, recuerda que ella es la rectora y sanciona este tipo de situaciones, tú serás la sobrina, pero tiene más confianza en mí que en ti. Que no se te olvide que el profesor de la clase soy yo ¿estás preparada para reprobar otro semestre?

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