Capítulo 24

486 45 16
                                    

Emilie no lo perdía de vista en clases, lo recorría de pies a cabeza, estaba más que embelesada por él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emilie no lo perdía de vista en clases, lo recorría de pies a cabeza, estaba más que embelesada por él. Cuando se giraba para explicar la clase con discreción le guiñaba el ojo, pero al parecer nada le afectaba, pero sabía que en por dentro le sonreía. El día anterior lo había notado algo extraño, no sabía cómo explicarlo, pero presentía que algo le sucedía y ella quería saberlo.

Al salir de la universidad se vieron en aquella cafetería así lo habían acordado.

Cuando la mesera se les acercó Emilie no la perdió de vista, tampoco quería que se le acercara tanto, tomó su mano y él la apretó.

─Te amo ─le dijo mientras miraba como comenzaba a sonreír.

─¿Y usted qué va a ordenar? ─le dijo aquella chica.

─Un helado napolitano doble, por favor. Es todo ─miró el gesto de mal gusto de aquella chica antes de marcharse.

─¿Molesta?

─Sebastián, me dan celos.

─Tranquila, no miro a nadie, solo a ti ─Emilie sintió sus labios unirse con los suyos en un beso fugaz.

─Dime que pasa, por favor, desde ayer te he visto un poco decaído ─lo observó suspirar.

─El edificio donde me escondo será demolido pronto, durante un tiempo he persuadido la idea, pero... ya no está en mis manos ─Emilie comprendía ahora todo, ese lugar era importante para Sebastián─, piensan construir en su lugar un centro de investigación para mejorar las habilidades de los estudiantes, y estar a la vanguardia, eso les beneficiara no solo a ti sino también a profesores-

─Eso no importa es tu lugar para escribir, es tu sitio, tuyo ─aquella media sonrisa no era igual a muchas otras.

─Emilie... ─por un segundo desvió la mirada, una milésima de segundo noto como se apagaba ese hombre, no quería sentirlo así─. Te juro que no está en mis manos. La rectora tomará la decisión en un par de días más. Lo único que puedo hacer es estar allí por lo pronto.

─Yo quiero estar allí, contigo.

─De hecho te lo iba a pedir, quiero estés allí conmigo. Es un lugar lleno de silencio podríamos hablar, comer juntos, compartir muchas cosas.

─Besos también ─trataba de que se sintiera bien─. Te amo.

─Te amo, Emilie ─la manera en que la miraba la ponía nerviosa.

─Sebastián, me encanta como me miras así. Me pones nerviosa... y... me hechizas ¿qué tiene tu mirada?

─Te miro porque me gusta hacerlo, me cautiva verte, me hace bien observar a la mujer que me tiene enamorado. Ver esos ojitos preciosos, esa nariz que quiero tocar con la mía, esos labios que no puedo dejar de comérmelos en cada beso, esas mejillas que se encienden y cuando lo hacen es woow siento ganas de palparlas con mis manos, tu cabello que me gusta.

Enséñame a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora