Cuando entró al salón no la miró, impartió su clase con mucha normalidad, como si no pasara nada respondía las dudas de Emilie como a cualquier estudiante.
En cuanto salió de la universidad comenzó andar sin ningún rumbo, se detuvo en un semáforo y pensó en su hermana, tenía tiempo sin saber de Leticia. Por primera vez hizo lo que nunca pudo, tomó su teléfono y espero los tonos.
─Hola ¿Cómo estás?
─Vaya, hasta que te acuerdas que tienes hermana.
─He estado ocupado ─se excusó.
─Estoy bien ¿Y tú?
─Bien.
─El tono de tu voz no dice eso.
─Solo estoy un poco cansado, ya sabes el estrés del trabajo.
─Yo creo que no es por eso, hermanito, sabes que puedes venir a visitarme cuando quieras, ya estamos grandes y lo que pasó en algún momento ya no te debería afectar.
─Ser adoptado en la familia no fue lo mejor que me paso en tu familia.
─Lo que piensen nuestros tíos y primos no importa, tu eres mi hermano y mis papás son tus papás.
─Gracias, Leticia.
─Me gustaría verte, hace un par de años que no te veo.
─Tu podrías venir a visitarme.
─Iré solo dame tiempo, no puedo dejar ningún pendiente en mi trabajo.
─El banco y los números de volverán loca.
─Sin duda, pero tengo que pagar facturas y me muy bien, ¿Cómo te va en la universidad?
─Muy bien.
─Espero no andes por ahí enamorando a tus alumnas.
─¿Cómo crees? No quiero que me corran.
─Bueno, eso espero.
─Tengo que despedirme, voy llegando a mi departamento.
─Te quiero mucho, hermanito.
─Yo a ti, cuando vengas me avisas para preparar algo.
─¿Apoco ya sabes cocinar?
─No, pero puedo ordenar pizza ─escuchó del otro lado su risa burlona.
─Cuídate, cuando quieras llámame.
─Tratare de que sea seguido. Tú también cuídate.
Entró a la última clase, algunos lugares estaban vacíos, después de pasar asistencia comenzó a revisar los avances de cada uno de sus alumnos.
─Emilie Calderón, necesito tu avance.
─Si, profesor.
La observó caminar hacia su escritorio, le entregó su investigación y comenzó a leerlo en su mente, pero se sentía incómodo por su presencia, alzó la mirada como si nada fijándose muy detenidamente en sus labios rosas.
─Está muy bien ─se aclaró la garganta─, ¿podrás tenerlo listo para el lunes?
─Claro que sí, profesor.
─Bien. Por cierto ─ella estaba por irse─, quisiera que me regresaras mi libreta.
─Aún no la termino, se la devolveré después.
─Está bien.
ESTÁS LEYENDO
Enséñame a Amar
Teen Fiction¿A que sabrán sus labios? ¿como sera su mirada? ¿algún día me vera como algo mas? Emilie, una chica joven con un amor cálido profundo hacia su profesor, Sebastian, un hombre con un corazón dormido.