Capítulo 15

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—Vaya, tienen suerte de que haya sido yo—dijo Brenda ingresando a la habitación—¿Tú, no deberías estar en la cama?—pregunto cruzada de brazos, estaba vez, solo observando a Emma.

—Es lo que le he estado diciendo.—respondió Cupido rápidamente, elevándose del suelo con la fuerza de sus alas para luego recostar suavemente a Emma en su cama y cubrirla con las sábanas.

—Yo no recuerdo que hayas mencionado nada relacionado a ello.—dijo Emma despectivamente.

—Creo que mejor las dejaré a solas.. Llámame cuando terminen. —dijo el chico y luego salió de la habitación.

Brenda observo por donde Elliot había salido hasta asegurarse de que efectivamente él joven se hubiese marchado, luego decidió que era hora de hablar con su amiga. —Emma.. Mira, sabes que siempre te he apoyado, y que te considero una hermana.. Pero, si mis ojos no se equivocan, y estoy segura que no lo hacen, estas en serios problemas.

Emma, bufó, ya lo sabía, aquella extraña sensación que iba creciendo en la boca de su estómago no podía presagiar nada bueno, pero ¿Cómo la detenía? ¿No había algún interruptor para apagar todo aquello que estaba sintiendo y con el pasar de los días iba creciendo?

*****

Necesitaba salir, despejar su mente, y como no encontró mejor lugar, y tampoco se quería alejar demasiado, abrió sus blancas y brillantes alas para luego despegar del suelo y dirigirse al techo de la casa vecina, desde aquel lugar tenía una clara visión de Emma y su amiga, aun estaba algo débil y no quería perderla de vista, pero sostenerla en sus brazos, sentir su aroma tan cerca de él, lo hacía sentir extraño, como si no fuera él mismo, su cuerpo actuaba por instinto, dejándose guiar por aquello que sentía dejando de lado su parte racional, aquella que le decía que lo que sea que estaba pasando era peligroso, prohibido.

Pero, bien sabia, que aquello que menos puedes tener es lo que más terminas deseando, y en ese momento deseaba cosas que no debía ni por asomo siquiera pensar.

Las cosas sin lugar a dudas se estaban complicando más de lo que creyó, a ese paso jamás lograrían cumplir su misión, ella no encontraría a su alma gemela, y él jamás podría cumplir su deseo.

Si bien no lo recordaba, pues cada ser que entraba al programa de "Cupidos", lo hacía por una sola razón. Cumplir un único y muy especial deseo. Pero una vez registrado y pedido el mismo, este seria borrado de su memoria -al igual que su identidad, era bueno que al menos le dejasen recordar su nombre- para luego no poder ser cambiado por más que a la hora de terminar su misión su deseo fuese otro. No importará con cuantos honores termine la misión, al final de la misma, su paga será lo que sea que él haya deseado.. Sin quejas, ni devoluciones.

Negó, despejando su cabeza y la observo, sentada en su cama hablando animadamente con su amiga, movía las manos con ímpetu, ella era tan.. Especial, hace solo unas semanas le rogaba que se vaya, pero ese mismo día, luego de informarle que ella junto a las demás personas de su círculo olvidarían su presencia, lució tan.. Abatida, no pensó que pudiese afectarle tanto, ella se torno blanca y de un segundo a  otro comenzó a agredirle, le asombraba la capacidad que tenía para cambiar de estados en solo unos segundos.

No quiera dañarla, el solo pensamiento le ocasionaba dolor asimismo, si fuera por él, tomaría a esa bipolar chica y la pondría en una burbuja, aislandola del mundo, evitando que sintiese cualquier tipo de dolor.

Negó nuevamente, sus pensamientos comenzaban a nublarse, no podía pensar así, debía encontrar una salida a toda aquella situación y debía hacerlo lo más rápido posible.

******

—Bien, escucha —dijo Brenda tomando los hombros de Emma— Sé que estás confundida, que tienes miedo de admitir lo que sea que este ocurriendo en tu dulce y rocoso corazón.

Un cupido OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora