─¿Estás segura de esto? Porqué si lo pides hay un coche esperando fuera. ─dijo su padre, acomodando un mechón rebelde detrás de su oreja.
─Si, papá, de no ser así no estaría aquí. ─respondió Emma sonriente, se observó con atención en el espejo que el pequeño cuarto de la iglesia brindaba y espero ansiosa la unión de sus almas.
********
─¿Puedes dejar de dar vueltas? Me pones nervioso. ─se quejó Corbin sin despegar la vista de su móvil, mientras tanto Elliot caminaba de un lado al otro por el estrecho pasillo abriendo y cerrando los puños con nerviosismo.
─¿No crees que tu hermana huya, cierto?─ preguntó temeroso.
─No lo sé, ¿hay alguna razón por la que ella deba huir? ─levanto la vista de su móvil y lo observo con atención. El pelinegro estaba pálido y una pequeña e insípida gota de sudor comenzó a bajar por su mejilla.
─¿Sabes? Eso no es lo esperaba que dijeras. ─se limpió el sudor con un pañuelo y acomodo su corbata por décima vez. ─No creo haber hecho nada para que ella huyera, pero a veces me temo no ser lo sufriente, ¿y si en el medio de la boda encuentra a alguien mejor?¿o si se da cuenta de qué no la merezco?
─Escucha, antes que nada... tus dudas son estúpidas e infundadas, y siendo sinceros, nadie será suficiente alguna vez para mi hermana, pero tú no estás tan mal. ─respondió Corbin palmeando cariñosamente su hombro─. Vamos, hombre. Ya están allí, ella te eligió a ti, incluso aun después de que le presente a ese chico que trabajaba en esa famosa empresa de viajes.
─¿Le presentaste a alguien? ─preguntó Elliot estupefacto. La traición hermano, pensó.
─Fue antes de que comenzaran a salir, creo. ─se encogió de hombros y continúo jugando con su celular.
─Hey, novio. Es la hora. ─dijo Brent, su cabeza asomándose por las puertas de la iglesia.
La hora de la verdad había llegado, pensó.
─Hijo, ¿estás bien? ─preguntó su abuelo, observando como Elliot tomaba respiraciones profundas, inhalando y exhalando aire dentro de una bolsa de cartón. Su abuelo se encontraba parado a su lado en el bello altar donde debía pronunciar sus votos.
La iglesia era pequeña, pero transmitía un agradable aroma de hogar, allí había sido donde los padres de Emma se habían casado. Distintos cuadros y textos decoraban las paredes, las ventanas brillaban con la luz multicolor a causa del sol que se filtraba y del techo colgaban cintas y flores perfectamente ordenadas que daban la sensación de estar sostenidas por la nada.
─Creo que voy a tener una ataque de pánico...─respondió el susodicho observando firmemente las puertas de la iglesia por donde su futura esposa debía cruzar.
─Niño, debes tranquilizarte, todo saldrá bien.
─Es que... tengo la sensación de que ya he estado en esta situación antes pero que no termino muy bien para mí. ─susurro. Un extraño sentimiento de De javu se había instalado en su pecho desde que llagaron a la iglesia, un temor infundado de que Emma pudiese llegar a huir y ya no volviera a saber de ella.
─¿Qué? ¿te has casado antes? Porque con lo lento que eres me extraña que incluso estemos aquí ahora. ─su abuelo sonrió con diversión─ Escucha, esa niña te ama más de lo que tú crees, sus ojos brillan cuando te ve, incluso cuando observa su anillo, la he visto, así que deja de ser un llorón y comportante, o la perderás, te ves feo cuando lloras.─ sonrió nuevamente, esta vez su sonrisa opaco todo su rostro, haciendo resaltar las cientos de arrugas presentes en las esquinas de sus ojos, aquella de denotaban las miles de sonrisas que cruzaron su rostro a lo largo del tiempo.
Antes de que Elliot pudiera responder se escucharon las primeras notas de la marcha Nupcial e inmediatamente después las puertas de la iglesia se abrieron de par en par. Ingresando por ella estaba, finalmente, aquella persona dueña de todos sus temores y sueños, aquella persona que con solo respirar lo hacía feliz. Y nuevamente se preguntó que había hecho en su otra vida anterior para merecer a alguien como ella.
No podía quitar su vista de Emma, e incluso después de que el padre de ella entregara su mano seguía sin poder despegar sus ojos de ella. Emma no era como las chicas de los comerciales y mucho menos esas curvilíneas chicas de las telenovelas, pero era preciosa, ojos y labios grandes, rostro ovalado, cabello castaño, ojos marrones, nada que destaque por encima de alguien más, pero su alma, su ser era único, y era aquello, aquella intangible parte de su ser lo que lo había enamorado.
─Elliot, ─lo llamó─ Elliot, el padre te está hablando. ─le sonrió y señalo al señor calvo y algo regordete que esperaba con calma su respuesta.
─S−Si. ─dijo tartamudeando─ Si, si, claro, por supuesto, acepto.
─Ya había quedado claro con el primer si. ─respondió el clérigo sonriendo y continuo con la ceremonia.
La boda transcurrió sin contratiempos, y ahora se encontraban todos en medio de la fiesta, en una pequeña quinta familiar, los más grandes se encontraban dentro, mientras que los más jóvenes ocupaban la improvisada pista de baile mientras que los niños jugaban y correteaban por todo el jardín.
─Estas hermosa. ─dijo Elliot, haciendo rodar, a su ahora mujer, entre sus brazos y dejando un suave beso en su coronilla. Era bueno que ella no usara tacos, porque amaba poder sentir el aroma de su cabello o poder acariciar su cabeza.
─Lo sé, amor, lo has dicho...─comenzó a contar con los dedos hasta que se rindió.─ creo que perdí la cuenta.
─Es por si alguna vez olvido decirlo. ─sus manos estaban unidas y se desplazaban por la pista con suavidad sin despegar la vista el uno del otro.
─Bueno, espero que eso nunca pase, porque ya me acostumbre a escucharlo. ─ambos sonrieron, y siguieron el ritmo de la música acompañado el baile con un suave beso.
Cuando finalmente despegaron sus labios a lo lejos Elliot pudo ver como alguien los observaba, el cabello color fuego brillaba con los últimos rayos de sol, solo fueron unos segundos pero Elliot pudo sentir con claridad un pequeño dolor en su interior como cuando te despides de un ser querido.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Helloooo!!! ¿Cómo están bellezas?
Hace tiempo termine esta historia y aunque en repetidas ocaciones quise publicar algún extra siempre me quedaba a mitad de capitulo.
Pero hace poco, decidí que para afrontar nuestra situación actual (covil-19) debía enfocarme en otras cosas, y eso significa volver a la escritura que hace tiempo no tocaba.
Sé que debe ser difícil, la situación es fea, complicada y queramos aceptarlo o no es mucho mas grave de lo que estamos dispuestos a creer, pero debemos ser fuertes, esto no es algo que vaya a ser pasajero, siempre existirán peligros que amenazaran nuestro mundo (vida), pero de cada uno de ellos saldremos apoyándonos entre todos, siendo fuertes juntos.
Espero que este pequeño fragmento de Emma y Elliot pueda servirles de distracción (aunque sea por unos segundos, o lo que demoren en leerlo), y recuerden, si quieren hablar con alguien o desahogarse mi casilla de mensajes siempre estará abierta.
Fuerzas y besos desde Argentina.
Lily <3
ESTÁS LEYENDO
Un cupido Online
Fantasy[Editando] «Es probable que noten algún que otro error en la historia, eso se solucionará en tanto la termine de editar» ¡Visita nuestra página Web! Www.uncupidoonline.com Y reserva a tú cupido Online... ¡Gratis! Solo debes dar clic en "Aceptar"...