Capítulo 13

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—Bien, ya estamos aquí, ¿Ahora qué?—pregunto Emma exasperada.

—¿Recuerdas cuando llegue?—pregunto Cupido suavemente—. Ese día te dije que la razón por la cual estaba aquí era porque tú te habías registrado en nuestra página... En busca de ayuda.

—Si, lo sé, y yo te respondí que no... Creo que la última que me registre en algo fue para crearme una cuenta en wattpad. —menciono Emma, recordando aquel día en que su vida había cambiado.

—Si...lo sé, pero, sino fuiste tú... Eso quiere decir que otra persona lo hizo...—murmuro Elliot, tratando de hacer entender a la chica el propósito de aquella conversación.

— ¿Qué? ¿Por qué alguien se registraría con mi nombre?—pregunto Emma desentendida.

--No lo sé Emma, eso ya no importa, lo importante aquí es que...—Elliot suspiro con pesadez y hablo lentamente, midiendo sus palabras—. Nosotros nunca debimos habernos conocido, tú y yo, todo esto, el hecho de que yo esté aquí, está mal.

— ¿Qué?—pregunto la chica, sus palabras la habían afectado más de lo que parecía.

—Mira, te explicare, como ya sabes nuestras página es mágica, pero lo que la hace tan especial es que ella solo se presenta ante almas desoladas, que realmente necesitan nuestras ayuda. Y tú, no eres una de ella. —Elliot se acercó a Emma con lentitud, como si temiera que la chica saliera corriendo—. He revisado tu perfil, y decía que este año lo conocerías Emma, justo por estas fechas...la razón por la cual aún no lo has encontrado es mi culpa, y no puedo permitir que continúe de esta forma.

—No lo entiendo, ¿Cómo podría ser tu culpa? ¿Acaso todo este tiempo no has hecho más que ayudarme? ¡Incluso me has obligado asistir a esas estúpidas citas!—exclamo Emma. Todo el que él decía no podía ser cierto, ella notaba como se esforzaba día tras día para que ella finalmente encontrara a su alma gemela, definitivamente nada de aquello podía ser su culpa.

— ¿Aun no lo ves? Es posible que muchos de esos momentos que has pasado conmigo no sean más que obstáculos en tu camino, todas aquellas citas, las tardes que has pasado conmigo... Todo eso, pudo haber interferido en su encuentro, no es más que tiempo desperdiciado, y solo es mi culpa, porque debí darme cuenta que no te parecías en nada a aquel perfil que me presentaron.—dijo Elliot con pesar.

—Entonces ¿Qué? ¿Te iras?—susurro Emma esquivando su mirada.

—En realidad, no es tan fácil...—murmuro Cupido llamando la atención de la chica—. Antes de que siquiera me encuentre aquí, ambos firmamos una especie de contrato, en tu caso cuando aquella persona acepto las bases y condiciones, y ambos debemos cumplirlo. No puedo irme antes de cumplir mi misión.

—Pero... ¿Por qué debes de cumplir una misión que en realidad nunca se te fue dada?

—Ellos no aceptan errores, son tus datos los que están registrados, en simples palabras por más testimonio que pueda dar, el resultado será el mismo, debo cumplir con la misión.

— ¿Cómo lo harás, si irónicamente tu presencia no hace más que interferir en mi "destino"?—pregunto Emma haciendo comillas en Destino.

—Supongo que lo único que nos queda por el momento es que actúes con normalidad, solo finge que no estoy aquí, estoy seguro que eventualmente él aparecerá, o al menos tendremos una pista de hacia dónde dirigirnos.

— ¿Crees que exista la posibilidad de que ya lo conozca?—pregunto ella con interés.

—No descartaría la posibilidad.

— ¿Qué pasara cuando lo encuentre?

—Habré cumplido con lo mandado, y me iré, ya no habrá razón para permanecer aquí. —dijo Elliot, mientras una sonrisa triste hacia presencia.

Emma lo observo por unos minutos, luego abrió la boca para hablar cuando la pequeña hermana de James salió de la casa y corrió dirigiéndose hacia ella.

****

Había pasado una semana desde que Elliot le había confesado que todo lo que había estado ocurriendo estaba mal y que en realidad en este momento el debía estar con otra persona que no era ella.

Emma ya no sabía que pensar, primero tuvo que aceptar el hecho de que el famoso ser mágico llamado cupido, existía, y no es solo eso, sino que en realidad era un apuesto chico de ojos violetas, envés del mundialmente conocido bebé alado.

Todo  aquello le había afectado mas de lo que creía, al parecer le había tomado cariño al molesto chico,  por alguna razón se le estrujaba la boca del estomago de pensar que sino fuera por aquella persona nunca lo hubiese conocido. Cada día se preguntaba quien pudo haber sido y sentía ira, su vida se había vuelto un caos por su culpa, pero al final del mismo junto unos minutos antes de caer dormida, lo observaba sentado en aquella silla justo frente a su cama y con los brazos cruzados, y toda ira que había sentido se reemplazaba por profundo agradecimiento. No podía evitarlo, por mas complicaciones que haya traído a su vida, estaba agradecida de haberle conocido.

*****

—Dios, creo que mi cabeza explotara. —murmuro para si misma sosteniéndose de la pared. hace unos días que no podía dormir adecuadamente y su cuerpo había empezado a cobrarle factura. Le hubiera gustado quedarse en su casa, pero eran fechas de examen y no se permitiría reprobar ninguno, no en su ultimo año.

Se encontraba en la escuela, en un pasillo aparentemente desierto, Brenda le había dicho que estaría en la cafetería junto a su hermano y le pidió que no se demorara o se comería su porción, pero con su estado lo que ella menos quería era estar en el medio de una cafetería repleta de personas y por ende de molestos ruidos que solo empeorarían su dolor de cabeza.

—Sabía que esto pasaría.—murmuro James apareciendo en su campo de visión, justo minutos antes de que su visión se volviera negra.

Un cupido OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora