"Perdidos"

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Rin se sentía en el cielo. Y él que juraba que todas esas películas clichés exageraban, no lo hacían. De verdad que no; podía soltar un chillido de emoción cual colegiala justo ahora, porque Yukio estaba ahí con él. Besando su cuello con pereza, deslizando sus manos por su cuerpo, sin ningún fin. Simplemente acariciándose.

Ya no importaba. No importaba nada de lo que Yukio había dicho o hecho, Rin no quería que su hermano cruzara esa puerta nunca más. Lo encerraría en un sótano, o en su habitación. Pero no lo dejaría ir de nuevo. Nunca.

Yukio ronroneo en su cuello, acariciando su piel con su nariz, todo su cuerpo tembló y eso causo una sonrisa tierna en su hermano. Hacia mucho que Rin no veía sonreír a Yukio, últimamente todo era tristeza para ellos. Era demasiado, y ambos estaban tan cansados. De todo, solo querían huir. Y así lo hicieron.

Pero Yukio tenia otros planes en mente, él le diría la situación a Rin. Seria responsable, le diría que tuvo sexo con Shiemi, y que eso había provocado un embarazo. Bueno, o eso creía. Le diría que había estado viviendo en su casa, que ella era amable pero no lo suficiente para que él la amara. Que nunca lo haría porque solo lo amaba a él.

Todo sonaba tan fácil en su cabeza, tanto que pensó que solo lo diría como si hablara del clima, pero cuando llegaron al pequeño lago donde sus padres los llevaban de niños se congeló, su lengua se trababa hasta para decir "pan".

—Uh, N-ni-san...— Rin lloro internamente y le sonrió a su hermano, recargando su cabeza en su hombro.

—¿Mm?

—Tenemos que hablar, de, de algo muy importante.

—¿De qué?

—La noche donde te engañe.

Rin sintió ganas de vomitar, pero podía con las bilis subiendo por su garganta. Decidió que perdonaría a Yukio por eso, al fin de cuentas solo había sido sexo, su corazón era de él. Y eso era lo único que pedía.

—Dime entonces — Yukio lo regreso a mirar como si le hubiera crecido otra cabeza, o tuviera un tercer ojo. Su hermano aun permanecía sobre él, tan relajado que pensó que estaba todo bien.

—Yo tuve sexo con Shiemi.— miro hacia el agua que se arremolinaba con elegancia.

—Continua.

—Bueno, um, ella, e-ella... Creo que puede estar embarazada.

Y todo quedo en silencio. Rin se aparto de él, mirando también el lago, cuando vio sus ojos ponerse vidriosos se apresuro a continuar.

—Solo es una posibilidad, por favor Nii-san, ella no tiene pruebas aun.

—Pero es posible. Y tu eres padre, ¿Ella es tu novia?

—S-sí.

Rin sintió las bilis regresar con mas fuerza, pero esta vez también era de coraje. Se levanto y fue hasta el carro, Yukio detrás de él.

—N-ni-san...

—¡Callate! Me has usado como puta, ¿es eso? ¿Quieres que yo sea el otro? ¡Vas a ser padre Yukio!— sonaba tan molesto y dolido que Yukio sintió escalofríos y ganas de encogerse en el suelo.

—Solo es una posibilidad, no es seguro.

—¿Me estas jodiendo?— su hermano le dedico una mirada asesina antes de que las lágrimas la ablandaran, luego dijo algo que Yukio nunca iba a olvidar.— Puedes irte a la mierda. ¡Es más! Seré tu jodido padrino de bodas, ¿eso te gustaría? Quizá puedas metermela antes de que te cases, unos cinco minutos antes. ¿Te parece?

Mi Peor Perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora