Rin llegó una hora después a casa, ya que se había quedado dormido en el autobús y este había pasado su parada, obligándolo a caminar de regreso a casa, una total basura si se lo preguntan.
Cuando llego, le agradeció a todos los dioses habidos y por haber encontrar comida servida y caliente sobre un plato en la mesa, moría de hambre, y estaba seguro que vendería su riñón por un poco de sopa caliente y algo de pan.
—Hey— Izumo salio de la cocina con una jarra llena de agua, algo que parecía ser jugo de naranja.— ¿Donde estabas, idiota?
—Hola Izumo, yo estoy bien, ¿y tu?— se burlo, yendo a lavar sus manos para comer, cuando volvió ella ya estaba sentada, comiendo en silencio.
Se limito a sentarse y comer, quizá Izumo planeaba engordarlo y comerlo en navidad, porque sin duda esa era mucha comida para dos personas. Y el pensamiento paso demasiado rápido, navidad, su cumpleaños, año nuevo. Oh, dios.
—Tu hermano estuvo aquí — murmuro cuando ambos acabaron de comer.
—¿Qué?
—Yukio, llego y... Creo que he hecho algo muy malo Rin.
—¿Qué paso Izumo?
—¿Supongamos que tu hermano piensa que soy tu novia?— dijo con voz suave y delicada, una que Rin nunca había escuchado, era como si pidiera disculpas sin hacerlo realmente.
—¿De que hablas?— Rin se mantuvo quieto, con la cuchara llena de sopa a medio camino.
—Yukio, él... Pensó que yo era tu novia y...
Rin se mantuvo callado. Dejo la cuchara sutilmente en el plato, manteniendo la vista en este.
—¿Le dijiste que no era verdad?
—... No, no lo hice.
—¿Por qué?
—No lo sé, lo siento Rin.
No hablaron mas después de esa cena, ambos terminaron en silencio, Rin agradeció la comida y se retiro de la mesa, Izumo se quedó ahí, pensando en que había hecho y que podía hacer para arreglarlo.
Por su parte Rin subió a la azotea, hacia mucho que no lo hacia ya que su habitación era un mejor lugar para llorar, tomo su teléfono y marco con manos sudorosas el primer numero en su lista de contactos.
Pasaron dos timbres antes de que contestara, cuando lo hizo ni siquiera le dio tiempo de hablar, ya que Yukio le grito con tanto odio que el corazón de Rin dejo de latir por unos momentos, le tuvo miedo.
—¿Qué diablos quieres? Me reclamas que solo te uso, pero tu metiste a la primera que se te cruzo en el camino. ¿Ese es el amor que me tienes? Vete a la mierda.
—Yukio yo-
—No, ¿y sabes que más? Esta embarazada. Sí, seras tío y yo padre.
—Oh, eso es una buena noticia...— Rin murmuro con las lágrimas bajando silenciosamente por su rostro.
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Mi Peor Perdición.
Fanfiction"Siempre habrá una persona que será la perdición de otra." Estos personajes no me pertenecen, si así fuera, ya estarían casados y con unos tres chiquillos :3 Espero y les guste. <3