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Me quedé paralizada y no podia pensar nada ni articular palabra alguna. ¿Que Gabriel habia muerto? No, esto no podía estar pasando. Estaría soñando y en cualquier momento me despertaría, pero sabia que esto no era un sueño. Mis rodillas comenzaron a fallarme y caí al suelo. Ellos ni se inmutaron y parecían tan afectados como yo. Queria llorar pero las lágrimas no salían. Todo esto era por mi culpa. Si no hubiera salido corriendo no le hubiera pasado nada y estaría bien. No podía creerlo. Él estaba muerto. No. No podía ser verdad. Oí unos pasos detrás mía que gritaban mi nombre, pero no podia saber quien era. Me quedé allí en el sitio y cerré los ojos. Unas manos me agarraron y me levantaron. Abrí los ojos y era Ian, que me estaba mirando bastante preocupado y asustado. Me miró y no pude decirle nada. De repente se acercó a mi y me abrazó. Yo no le rechacé el abrazo y lo apreté mas contra mi. Escondí mi cara en su pecho esperando a que las lágrimas salieran, pero no salia nada. Bella y Alex todavía estaban allí de pie delante nuestra sin hablar. Ian no sabía que él había muerto, pero sabia lo del accidente. Me dijo que estaria bien pero mentía, y yo me lo crei. No podia enfadarme con él ya que solo me queria ayudar sin apenas conocerme.

-¿Que ha pasado? -Preguntó Ian a Alex y Bella.

Ellos no respondieron. Oí unas pisadas que cada vez se alejaban más y supuse que se estaban alejando de nosotros. Seguía abrazada a Ian y no quería soltarle. Él me separó un poco y me cogió la cara con las manos. Abrí los ojos y tenia su rostro muy pegado al mio. En otro momento le hubiera besado pero ahora no tenía fuerzas.

-Vamonos de aquí. Iremos a un lugar tranquilo y si quieres me cuentas lo que ha pasado ¿vale?-me dijo bastante preocupado.

Asentí y me separé de él. Puso su mano detrás de mi espalda para guiarme. Sentí un cosquilleo pero no quería pensar en eso ahora.

Entramos en una cafetería y nos sentamos en una mesa para dos. No conocía este sitio y no sabia donde estaba. No había echado mucha cuenta al venir hacia aquí así que ahora no sabia que cafetería era. Me senté en la silla y él se sentó enfrente. Me miró durante un tiempo pero yo tenía la mirada perdida. No me di cuenta de que me estaba hablando hasta que me tocó el brazo.

-Voy a pedir chocolate caliente ¿Quieres uno?

Asentí con la cabeza ya que no tenía ganas de hablar. Se fue y al rato apareció con dos vasos en la mano. Me tendió uno y se sentó. Bebimos en silencio y se le notaba que estaba preocupado. No queria preguntarme nada todavía ya que estaria asimilandolo todo. Pasaron 10 minutos hasta que habló.

-¿Que ha pasado?

-Gabriel ha muerto-dije sin ninguna expresión.

Le miré y estaba sorprendido. Los ojos se le abrieron como platos y abrió la boca debido a la sorpresa. Poco a poco se fué calmando pero estaba segura de que lo estaba asimilando.

-No...no lo sabia. Lo siento

-Yo también.

-De verdad, lo siento mucho, aunque no sepa quien es lo lamento y parece que esto te ha afectado.

-La verdad esque no me lo esperaba.

-Yo tampoco. Seguramente quieras estar sola, así que si quieres te acompaño a casa y te dejo en paz ya.

Le miré perpleja debido a la conclusión tan absurda que habia sacado. Justo ahora no queria estar sola. No quiero meterme en mi habitación y no salir de allí.  Porque si lo hacía,  no superaría esto nunca.

-No, no quiero estar sola. No quiero encerrarme en mi habitación y quedarme allí para siempre lamentando su muerte. Si lo hago, sé que no lo superare y no quiero estar así.

RebeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora