Rebeld

14

Me levanté de la cama bastante temprano de la hora habitual a la que me levantaba, pero no tenía mas sueño y no quería darle más vueltas al tema. Fui al cuarto se baño y me miré en el espejo. Tenía los ojos rojos e inchados, y me di cuenta de que había estado llorando por la noche inconscientemente. Hacía bastante tiempo que no lloraba, años para ser exactos. Me di una ducha y me vestí. Me puse mis vaqueros claros, una camiseta sencilla negra, una cazadora oscura y los botines. Me dejé el pelo suelto y me di cuenta de que se me estaba volviendo a rizar, pero como ya no me daba tiempo a pasarme el alisador me lo dejé así. Me pinté un poco los ojos, los labios y bajé a la cocina. Desayuné algo apurada porque no me daba tiempo, ya que me habia pasado bastante tiempo del que tenía en la ducha. Cogi mis cosas, me puse los cascos y sali. Estaba inmersa en la canción y me dio la impresión de que alguien me estaba mirando. Miré hacia atras y no vi a nadie, por lo que volví a caminar. Entré en la primera clase que tenía y me senté en el fondo de la clase. Resulta de que Bella no había llegado y por un momento lo agradecí. La clase empezó y el profesor González comenzó con su típica charla. De repente, se escuchó el ruido de la puerta abriendose,  por lo que el se calló. Agradecí que se callara ya que tenía una voz de pito increible. No levanté la vista porque estaba inmersa en mis apuntes y más cosas que tenía desperdigadas por la mesa. Escuché unos pasos viniendo hacia donde me encontraba por lo que levanté la cabeza. Me quedé asombrada al verle allí mismo caminando hacia mi. Era Ian. Me sonrió y no pude resistirme a devolverle la sonrisa. Se sentó a mi lado y le observé mientras sacaba sus cosas y las ponía sobre la mesa. El profesor González siguió con su explicación pero no estaba escuchando.  Ian me miró y sonrió otra vez.

-Hola, no sabía que este era tu instituto-dijo con una sonrisa.

-No sabía que te venías a este instituto.

Nos reímos y volvimos la cabeza para escuchar al profesor. No eché mucha cuenta en la clase ya que estaba mirando a Ian por el rabillo del ojo. Él si estaba echando cuenta y parecia hasta embobado. Me hizo gracia verle así por lo que me reí y el me miró. Me sonrojé y el también rió.

Al acabar la clase me dirigí a la puerta cuando una mano me tocó el hombro. Me giré y vi que era él.

-¿Puedo estar contigo? No conozco este sitio y creo que no me vendría mal que me lo enseñaras.

-Claro, sigueme.

Fuimos a nuestra siguiente clase. Era una enorme casualidad que estuviéramos juntos en casi todas las clases. A la hora de comer,  dirigí mi mirada a la mesa donde solía sentarme con mis "amigos" y el sitio donde yo me sentaba estaba ocupado. Estaba llena de ira y de dolor por culpa de esa estúpida gente. Ian, que estaba delante mia, notó como estaba por lo que preguntó.

-¿Que te pasa?-parecia preocupado, como cuando me choqué con él y el me siguió sin protestar.

-Es una larga historia.

-Tenemos tiempo-dirigió una mirada a la mesa donde me sentaba y continuó hablando-¿Donde nos sentamos?

-Ehh... vamos a sentarnos allí-dije señalando una mesa vacía del fondo.

Fuimos hasta allí y nos sentamos. Empezamos a comer en silencio y no habló hasta que terminó su comida.

-¿Puedes explicarme todo lo que me he perdido?

Le conté todo lo que habia pasado, desde lo del trabajito de Gabriel hasta lo de la pasada noche. Decir que estaba asombrado era poco. Estuvo en silencio durante unos minutos, mientras asimilaba todo lo que le había contado.

-Y entonces... ¿Ya no tienes amigos?

-No, estoy completamente sola.

Le expliqué lo que pasó ayer con los mensajes y como me sentí. Era la primera vez que le hablaba a alguien de mis sentimientos. De vez en cuando miraba a la mesa de ellos y ni siquiera les había pillado ni una sola vez mirandome. Estaban todos tan felices riendo... No, no podía pensar en ellos. Ellos me habían hechi daño.

-¿Sabes? Esta es la primera vez que le hablo a una persona sobre esto.

-Si me cuentas esto será porque de verdad estas mal

-Si, estoy mal

-Bueno, pues tus días de sufrir se han acabado-dijo con una sonrisa señalandose a si mismo.

Eso me hizo bastante gracia y justamente cuando me estaba riendo a más no poder, las personas que estaban hablando se callan. Mi risa resonó por todo el comedor y todos se giraron para mirarme a mi y a Ian. Me sonrojé y miré hacia otro lado y el se rió.

-¿Porqué estas todo el tiempo riendote?

-Soy feliz y me tomo las cosas con humor, y además siempre busco el lado bueno de las cosas. Todo lo que pasa es por algo y siempre tiene su lado bueno. Muchas personas no lo ven, pero yo siempre lo veo.

-Mmmm... interesante reflexión.

-¿Tu no lo ves?

-La verdad esque soy capaz de ahogarme en un vaso de agua.

Otra vez se rió. Su risa era muy bonita y su risa era contagiosa. Nunca me habían hecho reir de tal manera.

Las clases pasaron cortas y nos separamos solamente para dos clases que teníamos diferentes. Estaba contenta debido a que él estaba conmigo, pero no sabia si estaría ahí para siempre. Nunca había tenido amigos de verdad y no sabría como me sentiría si alguna vez tuviera alguno.

Las clases acabaron y busqué a Ian. Como no lo vi por las aulas, sali al patio y lo vi con una chica rubia de ojos verdes. Llevaba una coleta y era muy guapa. Los dos se estaban riendo y parecían felices. No sabia que podia odiar a alguien tan rápidamente. Odié a esa chica en cuanto lo vi con él. ¿Estaba celosa? No, no podía ser. Acababa de conocer a ese chico y no podia tener estos sentimientos ya hacía él. Me reí de mi misma por la estupidez de mi pregunta y la deseché de mi mente. Me dirigí hacia él y la chica pero unas manos me agarraron el brazo. Me giré y vi a Bella y Alex mirandome como si tuvieran que decirme algo muy importante. Estaban serios y nunca los había visto así. No se les notaba ninguna emoción en el rostro y eso me asustó un poco.

-¿Qué quereis?

Los dos se miraron durante un largo rato y al final Alex movió la cabeza y asintió. No sabia lo que pasaba por lo que estaba confusa. Alex se adelantó hacia mí muy serio y al fin habló.

-Gabriel ha muerto.