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Querida hija:
Ayer fui con Dylan a buscar un piso nuevo para vivir los dos tranquilos, alejados un poco de todo. Elegimos un pisito con una sola habitación, perfecta para nosotros, una cocina; un baño que incluye una bañera, ideal para que Dylan pueda bañarse; y una pequeña terraza a la que le da el sol a todas horas. A Dylan le gusta mucho el sol que entra por la terraza y pasa mucho tiempo allí. Aquí soy feliz con Dylan, aunque os hecho de menos. Todavía me acuerdo cuando eras una bebé y te cogia en brazos. Y a tus hermanos también, aunque a Iggy un poco menos. Ojalá pudiera seguir con vosotros, pero no puedo. Seguramente te preguntarás porque te estoy escribiendo esto, que nunca llegará a ti, pero me gusta escribir por si algún dia ocurre algo y tengas que leer estas cartas. Me gustaria que nunca te olvidaras de que te quiero, a tus hermanos y a padre.
Atten.
                   Tu madre

¿Me había escrito esta carta para mi? ¿Quien era Dylan? Solo había sacado una conclusión con todo esto: se había enamorado de otro hombre, Dylan, y había huido con él. ¿Tan difícil era contarnos que se había enamorado? Encima de todo en la carta decia que se acordaba de mi y que me queria. Esto sería una broma. Dejé las cartas debajo de todas las fotos y cerré el cofre. Lo guardé en su sitio y decidí acostarme para procesar todo lo que habia vivido hoy.

Esperaba encontrarme con Ian y explicarle lo que ocurrió ayer. Ojalá que él aceptara hablar conmigo. Lo busqué con la mirada al entrar en el instituto y no lo encontré. Tal vez no hubiera llegado. También busqué a Sam pero tampoco la veía. Me dirigí a mi clase y en la puerta había una figura que me resultaba familiar. Era una mujer con un moño repeinado y como no, era la directora. No sabia que hacia allí, tal vez queria hablar con alguien o con el profesor, quien sabe. Pasé a su lado para entrar en clase pero puso un brazo en la puerta evitando que yo pasara. La miré sin saber q que venia eso y me ordenó con la mirada que la siguiera. Le hice caso y la segui. Esto me estaba empezando a resultar muy familiar. Ya conocía lo que iba a venir a continuación. Me sentaría en la misma silla de siempre y mientras ella me echaría una bronca. ¿Porqué me iba a regañar? Últimamente no había hecho nada malo y no se porqué me llamaba. Podría esperarme cualquier cosa. Entramos en su despacho y me senté en la silla que tanto recordaba. Ella se sentó en la suya y me miró friamente.

-¿Sabes porque estás aquí?

-La verdad esque no, no he hecho nada malo últimamente.

-¿Qué hizo ayer?-me preguntó

Repasé todos los momentos de ayer en el instituto y como no, era eso. La pelea con Ethan. Deberia habermelo esperado.

-Exacto, la pequeña pelea con el alumno Ethan-dijo y pareció leerme la mente. Como no dije nada siguió hablando- El alumno Ethan no quiso decir nada ayer de lo ocurrido, pero fueron otros compañeros los que hablaron. Me temo que le abriré un parte a usted y al alumno Ian por lo de ayer.

¿Ian?¿Un parte a Ian?

-¿Ian?

-Si, ¿No sabe lo que ocurrió?

-No

-El alumno Ian después de lo suyo...-dijo pero dejó la frase sin terminar debido a que llamaban a la puerta.

Entró un hombre con traje y un maletín, y la directora se endereció en su silla.

-Puede retirarse-me dijo

Salí mirando al hombre ese que no había visto nunca. No solía ver a muchos hombres con maletín pero seguramente no sería bueno. No podía quitarme de la cabeza de que a Ian también le pondrían un parte. ¿Porqué?

Me encontré con Sam y no preguntó nada de lo ocurrido. Me habló de algo suyo y no le eche mucha cuenta. Nos sentamos en el comedor en la misma mesa de siempre, y estabamos las dos solas.

RebeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora