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"Llevaba todo el día esperando este momento. Por fin me llevarían al parque y podría jugar con los demás niños. Papá me dió la mano y con la mano que le quedaba cogió el carrito en el que estaba Iggy. Me dijo que le diera la mano a mi hermano y que soltara la suya, y así hice. Llegamos al parque y me deshice de la mano de mi hermano y me fui corriendo a los columpios. Otra niña se acercaba corriendo al columpio al que yo iba pero corrí más rápido que ella y me senté. Llamé a mi padre para que me columpiase y se acercó a mi con Iggy. La dejó en la arena con Chris y me columpió.
-¡Más alto!-grité.
Él me balanceo mas alto y cada vez me agarraba con más fuerza a los lados del columpio. El aire me daba en la cara y reía cada vez más fuerte. Mi padre empezó a aflojar el ritmo y no sabia porqué.
-¿Porqué paras?-pregunté.
-Hay otra niña esperando y tu ya llevas un rato.
Me bajé del columpio y se lo dejé a la otra niña. Me fui corriendo al tobogán y me tiré muchas veces. Subí por la resbaladera y un niño se tiró del tobogán y nos chocamos. Acabamos en el suelo y me raspé los brazos. Me dolía un poco los brazos e hize una mueca. Me miré los brazos y había un poco de sangre pero no me importó porque si papá se enteraba nos iriamos a casa.
-¿Estas bien?-preguntó el niño
-Si, no es nada.
-¿Como te llamas?
Le miré por primera vez y era rubio con los ojos azules. Tenía algunos arañones por la cara que sería por la caída pero no le di mucha importancia.
-Me llamo Dani ¿y tu?
-Me llamo Ian
-¿Ian? Que nombre más raro.
-Pues el tuyo es de niño.
-No, es Daniela pero es muy largo y es mejor Dani.
-Pues mi nombre no es raro, ¿Quieres jugar?
-Vale.
Me fui con ese niño que se llamaba Ian, un nombre que nunca había oido. Cogio su pelota y nos pusimos a jugar. Jugamos un rato y en una de esas veces me caí al suelo.
-¿Estas bien?
-Me he raspado las rodillas- salia sangre por la rodilla y me dolía mucho.
-Vamos con mi madre.
Me ayudó a levantarme y me llevó con su madre. Su madre era rubia y ojos azules como él. Era muy guapa, pero mi mamá es más guapa que ella. A su lado había un niño que estaba leyendo un libro y ni siquiera me miró. ¿Quien sería?
-Mamá se ha hecho daño, curala-dijo Ian.
-Claro, ¿que te pasa?-preguntó tiernamente.
-Me he caido y sale sangre-dije
-Déjame ver.
Se acercó a mi y me limpió la sangre con un pañuelo. Cuando la sangre paró de salir me puso una tirita. La tirita tenía dibujitos y era muy bonita.
-Ya está, ahora ten cuidado-dijo
-Vale.
Miré a Ian que estaba cerca del niño ese que le estaba diciendo algo.
-¿Hermano te vienes a jugar?
-No puedo, luego en casa
Pareció triste cuando el hermano le dijo eso pero no le di importancia. Nos volvimos a ir a jugar y esta vez se unieron muchos niños a nosotros para jugar. Hicimos un partido de fútbol y estaba en el equipo de Ian. Jugaba muy bien al fútbol, le pregunté y me dijo que estaba en un equipo de fútbol.
-¿Sabes una cosa?-me dijo sonriendo.
-¿Qué?
-Eres muy guapa.
Me sonrojé y miré a otro lado. Nunca ningún niño me había dicho que era guapa y menos uno que acababa de conocer. No me juntaba mucho con los niños por eso estaba así. Iba a decirle algo pero mi padre me llamó. Me despedí de Ian y me dió un beso en la mejilla. Me fui corriendo hacia donde estaba mi padre, y seguía colorada. Nadie me había dado un beso nunca, salvo mi familia y mis hermanos.
-¿Donde estabas?-preguntó mi padre en cuanto me acerqué a él.
-Estaba jugando con unos niños.
-¿Que te ha pasado en la pierna?
-Me he caido pero la madre de un niño me ha curado-dije pero no contestó- ¿ya nos vamos?
-Vamos a esperar a que venga alguien. Sientate en ese banco y coge a tu hermana.
Me senté en el banco y mi padre me puso a mi hermana en el regazo. La agarré bien por si se movía y mi hermano se sentó a mi lado. Le pasé la mano por los hombros y mi padre sacó la cámara. Sonreí y sacó la foto. Me quitó a mi hermana de encima y mi hermano se puso en el suelo a jugar con sus coches. Me quedé sentada en el banco a esperar a que viniera la persona que esperaba mi padre.
-Daniela, mira quien viene por allí.
Giré la cabeza y a lo lejos vi una sombra. Hacía algo de viento y se le movía el pelo hacia atrás. El pelo era pelirrojo y lo reconocí al instante. Era mi madre. Salté del banco y me fui directa hacia ella. Me miró con sus ojos azules y se agachó para recibirme. La abracé y ella me devolvió el abrazo.
-¿Que haces aquí mamá?
-He salido de trabajar antes y papá me contó que estabais aquí,  así que vine porque queria daros una sorpresa.
-Que bien mami que estés aquí.
-Te quiero Dani.
-Yo también mamá..."

¿Porqué había recordado eso? Esta era como esa misma situación, bueno, parecida. No sabia que mi madre vendría y no me lo esperaba. ¿Que hacia aqui? Después de 6 años aparecía ahora. ¿Porqué? Tenía miles de preguntas que hacerle y sobretodo la pregunta que me habia hecho durante años ¿En qué estaba pensando cuando se fué?

-Hola-dijo

Seguía igual que la última vez que la vi. Su pelo seguía tan pelirrojo como siempre, sus ojos azules, un poco más cansados, pero aún así seguían teniendo ese mismo color azul que tanto recordaba. Estaba un poco más vieja, pero no mucho. Estaba igualita que la última vez que la vi. Lo único que no recordaba era su voz. No podía creerlo, ahora estaba aquí delante mía y no podía decirle nada.

-¿Puedo pasar?-preguntó timidamente.

¿Que si podía pasar? ¿Desaparecía 6 años y ahora volvía y preguntaba si podía pasar?

-No-dije lo más firme que pude pero todavía seguía confusa.

-¿Esta tu padre?

-No te importa.

-¿Esta trabajando?

-Te he dicho que no te importa.

-Dani, cariño...

-No me llames cariño nunca más-dije cortandole.

No queria enfrentarme a esto ahora y le cerré la puerta en la cara. Tenía el corazón que estaba a punto de salirme, y estaba que no podía creer que le había cerrado la puerta en la cara a esa señora. Miré por la mirilla y se estaba alejando de la casa. Cuando se alejó, miró a la casa y se fué. Se había ido. Lo había vuelto a hacer. ¿Vendría otra vez? ¿Tendría que contarselo a papá? Me senté en el suelo y me agarré con fuerza las rodillas. ¿Que haría ahora? No iba a llorar por esta mujer otra vez, me prometí que no volvería a llorar y no lo haría.

¿Volvería para hablar con mi padre? ¿Deberia contarselo? ¿Que haría ahora?

RebeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora