Sus ojos

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Sus ojos

−Son las seis de la mañana y el despertador de Jade no dejaba de sonar, tomo su celular y lo apagó, con flojera se levantó se dirigió al baño y después de treinta minutos se acercaba al cuarto de Matías−

−hola flojito –se acercó a Matías y le dio un beso, el niño con pereza se quejaba−

−no quiero ir a la escuela mami –Jade sonrío ante ese comentario era lo mismo que decía todos los días con tal de no levantarse temprano−

−anda que yo también iré –él negó−

−tú vas porque te gusta, yo voy porque me obligas –Jade empezó a reír−

−ah sí conque no te gusta –expresó antes de hacerle cosquillas y llenarlo de besos− te amo mi regalo de dios

−yo te amo más mami –Matías se levantó y la abrazo−

−Mayte estaba ansiosa por llegar de nuevo a su tierra a su bello puerto ese lugar donde creció y vivió los mejores años de su vida, aunque regresaba triste y sin ilusiones, aun había cosas que la hacían sentir feliz y eso era su familia, su madre María teresa y su padre Benito, su amiga Jade y Matías su pequeño ahijado−

−mi amor –María teresa se acercó a Mayte y la abrazó− te extrañe tanto

−y yo a ustedes, pero nos vimos hace unos meses

−pero ahora es diferente hija –don Benito se acercó y le dio un beso en la mejilla− ¿te veo triste?

−¿Qué pasa? –pregunto su madre con preocupación−

−me voy a divorciar –la tristeza se le reflejaba en los ojos

−hay mi amor, ¿ya lo pensaron bien? –don Benito era un hombre con un gran corazón y que amaba a su hija−

−si papá es lo mejor –Mayte suspiro mientras recordaba los últimos tres años de su vida−

−su relación al principio era buena Sergio era un hombre cariñoso, responsable pero con una pasión desmedida al trabajo, eso que en algún momento Mayte amaba ahora los separaba, Mayte lucho hasta el cansancio para que él le dedicara tiempo, para que hicieran cosas juntos, para que fueran una pareja y no solo dos personas que compartían una casa, pero todo fue en vano para Sergio lo más importante en su vida era trabajar, tener dinero y aunque Mayte lo entendía ya no lo podía aguantar más todo tiene un límite y el de ella llegó, lo mejor era divorciarse y tratar de ser feliz sola−

−Matías y Katia tenían consulta nuevamente con el ginecólogo, Katia necesitaba tener un hijo era su mayor deseo y Matías aunque no le fascinaban los niños amaba a Katia y por ella sería capaz de soportar a un niño−

−¿Qué pasa? –pregunta Katia un poco desconcertada cuando el ginecólogo abre los resultados de sus análisis−

−lo siento mucho Katia pero ya probamos todos los tratamientos y el resultado es el mismo

−eso no puede ser –las lágrimas empezaron a invadir el rostro de Katia− por favor debe de haber otra forma inseminación algo

−lo siento pero tu cuerpo los rechazas, la única forma seria alquilando un vientre

−no –Matias expresó muy seguro− yo no permitiré que sigas con esto Katia ya has sufrido demasiado –le tomo las manos− por favor mi vida, no necesitamos un hijo

−a lo mejor tu no lo necesites pero yo sí, quiero tener un hijo es mi deseo es mi sueño lo que más anhelo –su voz no se escuchaba casi por el llanto, Matias se acercó a ella y la abrazo−

Un Poco de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora