Un Poco de Amor

Una cena poco convencional

Una cena poco convencional

–Wili observó a Afrodita y alzó las cejas– ¿qué pasa acaso no le gusta la comida Argentina? –Afrodita rodo los ojos–

–Si quisiera comer comida Argentina estaría en Argentina y no en México –Wili sonrió–

–pero ese lugar es riquísimo

–Si lo sé, es rico, elegante si esto fuera una cita y tú estuvieras conquistándome, sería un excelente lugar –Wili la observó desconcertado– o sí fuera Katia me encantaría –Wili frunció el ceño recordando que la primera vez que salió con Katia ella lo había invitado ahí–

–Está bien la comida Argentina no le gusta, ¿Qué quiere cortes de carnes? ¿Pastas?

–No es que la comida Argentina no me guste –Wili la miró– es solo que si quisiera comer eso no estaría en México, quiero lo tradicional en México, comer lo que todos la gente común mexicana come –Wili la miró y sonrío– haber ¿cuál es tú comida favorita?

–Ya entendí quieres comer lo tradicional y eso es tacos –Afrodita asintió–

–Aquí adelante hay –Wili negó–

–Quieres ir donde la gente común come –Afrodita lo observó frunciendo el ceño– está bien te llevaré a mi lugar favorito aunque tiene un par de años que no voy sé que te –Afrodita lo interrumpió–

–Me encantará –Wili sonrió–

–No sé si te encantará pero de que te sorprenderá lo harás –tome el siguiente retorno y se dirigieron al lugar–

–Jade miraba a Matías suplicando que le platicará ella necesitaba saber si esa mujer que él quería olvidar era Candy, necesitaba escuchar de sus labios que Candy fue importante para él–

–No quiero recordarlo –le tomo las manos– ahora la única mujer que me importa eres tú

–Por favor Matías dijo en suplica –lo observó y Matías vio en sus ojos esa necesidad de saber, como si de eso dependiera su vida–

– ¿por qué quieres saberlo? –Jade suspiro–

–Matías yo –la puerta empezó a sonar– voy a abrir –Matías la tomo dulcemente del brazo–

– ¿tú que Jade? –Jade lo miro– dime tú ¿qué? –la puerta volvió a sonar–

–Voy a abrir –Matías la soltó y está abrió– hola –Alex la abrazó emotivamente, le tomo el rostro–

– ¿cómo esta Mati? –Jade sonrió separándose de él–

–bien Alex, ahora está con Mari Tere y Mayte

–y ¿tú cómo estás? Me imagino que mal, sé lo que significa Matías e tú vida –Jade sonrió–

–es mi vida

–si lo sé, ese niño fue tu vida desde que te enteraste que estabas embarazada –la miro– perdón

– ¿por qué? –lo miro confundida–

–Por no estar a tu lado en ese momento –Matías observó a Jade–

–creo que lo mejor es que me vaya –Jade negó–

–no, Mati quiere verte todo el día ha preguntado por ti –Matías sonrió–

–Entonces subiré a verlo –Jade asintió y Matías subió–