Un Poco de Amor

Decepción

Decepción

–Jade entró con miedo a la oficina de Matías en todo el trayecto él no había dicho ni una sola palabra pero Jade se dio cuenta que Matías ya sabía que ella y Candy eran la misma persona–

–Matías yo –Matías la miro para después interrumpirla–

– ¿por qué lo hiciste? –Pregunto con dolor– porque no dijiste que eras Candy, porque mentir con un nombre que no existía, porque mentir con tu edad, pero sobre todo porque mentir con lo que habías sentido cuando estuvimos juntos –Los ojos de Jade se llenaron de lágrimas–

–Matías en Cancún en lo único que mentí fue en mi nombre y mi edad, tú me hiciste sentir muchas cosas –Matías la miro con una mirada llena de decepción–

–Por favor Jade o Candy ¿cómo prefieres que te diga? –Jade lo miro con los ojos llenos de lágrimas–

–Matías no te das cuenta que no importa cómo me llame siente lo mismo por ti –Matías se acercó a Jade y la tomo de los brazos–

–Dime ¿Qué sientes?

–Amor, Matías yo me enamoré y me dolió que Candy solo haya sido en tu vida una noche

–Por dios Jade de donde sacas eso, Candy ha estado en mi mente desde ese día hasta el día que te conocí, no sabes cuantas veces soñé con esa noche y cuantas veces desee que hubieras llegado a esa plaza

–Yo llegue, pero tú –Jade guardo silencio– tú estabas con Katia –Matías la miro desconcertado– sí Matías yo llegue a esa plaza a engaños lleve a Mayte ahí pero te vi con ella con tu prometida y me di cuenta que solo había sido una noche –las lágrimas de Jade invadían su rostro– una noche hermosa, porque para mí fue la más bella –Matías la miro sus ojos se cristalizaban– yo me entregue a ti porque en unos segundos hiciste que perdiera la cabeza por ti, mi cuerpo solo pedía sentirte cerca, yo me entregue a ti, tú has sido el primer hombre en mi vida –Jade se limpió las lágrimas y lo miro– yo te amé, y cuando te vi de nuevo sentí que el corazón se me salía del pecho, no podía creer que te tenía de nuevo frente a mí

–¡Porque no dijiste quien eras! –Jade lo miro con dolor–

–Para que si tú no te acordabas de mí, Matías por dios no me reconociste, nunca pensaste que yo era Candy, de que servía que te lo dijera si me di cuenta que en tu vida no fue más que una noche –Matías la miro y negó–

–Por dios Jade yo pensé en cancelar la boda por ti –Jade lo interrumpió–

–Pero no lo hiciste y cuando te volví a ver estabas casado con una mujer hermosa ¿Qué querías qué pensará?

–Jade ¿hay alguna posibilidad de que Mati sea mi hijo? –Jade lo miro nerviosa pero negó– dime la verdad por eso le pusiste mi nombre–

–No Matías él no es tu hijo, y a lo mejor si le puse el nombre por ti porque fuiste importante en mi vida, pero solo por eso –Matías tomo a Jade del rostro–

–Mírame y dime que Mati no es mi hijo –Jade suspiro y lo miro–

–No es tu hijo –Matías soltó a Jade molesto, él tenía la esperanza que ese niño fuera su hijo– Matías –él se giro puso su vista perdida en el paisaje que el ventanal le ofrecía–

–Necesito estar solo –Jade cerró los ojos–

–Por favor Matías discúlpame por no haberte dicho que yo era Candy, pero eso no puede cambiar lo que sientes por mí