Soy su padre

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soy su padre

–Jade no podía pensar sólo sentía, Matías nuevamente lo logró la hizo perder la razón, sus besos eran tan maravillosos y tan perfectos, Matías acariciaba la espalda de Jade mientras sus manos la rodeaban fundiéndose en un abrazo, ella acariciaba su rostro saboreando sus labios, se separaron nerviosos sin aliento Matías tomo el rostro de Jade con sus manos mientras la miraba sonriendo su mirada tenía un brillo especial, ella estaba apenada, ruborizada hipnotizada por su mirada–

–Besas muy rico –rompió Matías el silencio, Jade suspiro–

–Esto no –Matías no dejo que terminará la frase, la pego más a su rostro y de nuevo sus labios rozaron con ternura los de ella, la tomo de la nuca he intensificó el beso, Jade trato de separarse pero él no lo permitió necesitaba sentirla, Jade no pudo resistirse más y se entregó al beso, Matías acariciaba su espalda, sus brazos, Jade se estremecía al sentir sus caricias, Matías con delicadeza paso su mano por debajo de la blusa, Matías sentía la piel suave de Jade, sentía sus manos un poco temblorosas acariciándole la espalda y no pudo evitar recordar–

–Estoy segura que me arrepentiré de esto –Dijo Candy cerrando los ojos y dejando que Matías la besará nuevamente después de que entraron a la habitación, Matías pegó a Candy a la puerta mientras con sus manos acariciaba sus piernas y ella nerviosa acariciaba su espalda, Matías subía su mano hasta que llego al cierre–

–Espera –Candy lo miraba ruborizada, con miedo–

–Espera –Jade lo miro con miedo, Matías salió de sus pensamientos y la observó tomo con su mano su mejilla, la veía fijamente a los ojos, veía en Jade miedo pero también cierta pasión, esos ojos, cerró los ojos recordó a Candy, pegó su frente a la frente de Jade abrió los ojos–

– ¡Candy! –expresó y Jade se separó al instante, nerviosa confundida qué demonios la reconoció, se alejó de él Matías pensó que había metido la pata y la tomo del brazo– escucha –Jade negó y trataba de zafarse– Jade yo no –el celular de Jade empezó a sonar, está se soltó y tomo la llamada– ¿Qué pasa? –Preguntó Matías preocupado mientras Jade lo veía con los ojos llenos de lágrimas, Matías la abrazó y tomo el teléfono–



–Katia cuando vio que Wili se acercaba se despidió de Afrodita–

–Lo siento Afro, tengo que irme –se despidió de beso–

–No pero oye y él mecánico

–está por llegar, espéralo no demora –se subió a la camioneta y Afrodita se quedó confundida–

–Pero –Afrodita vio como Katia se iba, una moto se acercó a ella lo miro confundida–

– ¡Afrodita! –Wili se bajó incrédulo con la mujer que estaba viendo–

–Tú debes ser el mecánico –Afrodita lo miro alzando una ceja– se va aquedar ahí –dijo cuando veía que no se bajaba de la moto–

–Claro que no –se quitó el casco y Afrodita abrió la boca frunciendo el ceño– la loca de la banana –Afrodita lo miro molesta–

–Loca ni que su abuela –Wili sonrió sin poder creer que esa era la mujer que tenía que conquistar– sabe que váyase, no necesito que me arregle nada –Wili se quitó por completo el casco bajo de la moto y saco de la caja de la moto unas herramientas y se dirigió a la camioneta– acaso no me escuchó –Afrodita estaba molesta–

–por favor déjeme hacer mi trabajo

–claro que no, yo no quiero que me ayude es más –tomo su celular– ahora mismo le hablo a mi mecanico –puso su celular en su oído y Wili se lo quito– oiga es usted un abusivo

Un Poco de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora