Un Poco de Amor

¡Mati!

¡Mati!

−eres muy bella –Matías se acercaba a Jade− ¿cómo te llamas? –Jade estaba nerviosa, ella pensaba que había sido un concurso, pero se da cuenta que no, voltea a ver a todas las demás chicas y están seduciendo a los tipos, trago en seco y miro a Matías nuevamente para perderse en esa sonrisa− parece que te comió la lengua el ratón –Jade negó−

−Candy –estaba nerviosa y su voz casi ni se oía, Matías sonrió ante el nombre y ella se perdió en esa sonrisa ese hombre era muy bello, Jade no podía dejar de mirarlo− perdón creo que me−Matías se acercó a ella y sin dejarla de terminar la frase la beso, la tomo por la cintura mientras la pegaba a su cuerpo, ella rodeo con sus brazos su cuello y cuando se separó ella lo miraba como tonta, se sentía que volaba, él la observo admirado era el beso más dulce que había dado en su vida− yo –se dio la vuelta y salió del pequeño salón que era privado de la disco, Matías la siguió, Jade sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, ese beso fue maravilloso−

−espera –gritaba Matías mientras Jade iba más rápido, salió del lugar y sintió que alguien la jalaba, eran un tipo−

−suéltame –lo miro con miedo, el tipo la tomo por las manos la pego a él y quería besarla, Jade luchaba hasta que un golpe hizo que el tipo cayera, ella volteo y vio a Matías y lo abrazó−

−¿estás bien? –ella asintió− es peligroso que andes sola a esta hora ven –le tomo la mano−

−yo no puedo –se soltó y Matías la miro−

−no voy a dejar que te vayas sola, ven –le tomo de nuevo al mano pero esta vez Jade suspiro y lo siguió−

−¿A dónde vamos? –pregunto con miedo cuando veía como Matías quería ingresar a un hotel, Matías la observo y sonrió−

−tranquila vamos al bar del hotel –la jalo para ponerla frente a él, acaricio su rostro y vio como él cuerpo de ella se estremecía− tienes unos ojos hermosos, esto –hizo a quitarle la máscara pero ella no lo dejo−

−no –tomo sus manos nerviosa− no la quites por favor –su voz era tímida y eso hacía que Matías sintiera más curiosidad por ella−

−¿vamos? –le pregunto dándole una sonrisa, ella sonrió perdida en la sonrisa de él y entraron al bar−

−Mami –llegó Matías corriendo al ver a su mamá chocar con alguien− ¡Matías! –sonrió al verlo−

−¿estás bien? –Jade asintió nerviosa y trato de separarse pero volvió a resbalar y Matías la tomo de nuevo entre sus brazos− ¿segura? –volvió a asentir, estaba incrédula no podía ser ¿Qué hacía ese hombre ahí? – ven te ayudo –la ayudo a que se sentara en el muro que separaba la banqueta ancha del boulevard y la playa, Matías los siguió− voy por agua –el niño asintió y Jade le tomo el brazo−

−no es necesario –estaba nerviosa, no sabía cómo reaccionar, era obvio que él no se acordaba de ella− nosotros nos vamos

−no, pero si acabamos de llegar –Matías la observaba, esos ojos por dios, no podía ser, pero esa mujer se llamaba Candy no Jade− mami déjame jugar con mi amigo

−¡tú amigo! –Jade estaba impresionada−

−si lo conocí hoy, soy el jefe de Mayte –Jade recordó−

−bueno May debe de haber alguien en las novelas siempre se enamoran de su jefe –Mayte sonrió−

−mi jefe es guapísimo pero es casado con una mujer hermosa, y se ven que se aman, así que el jefe descartado piensa en otra opción –Jade hizo una mueca de desagrado y Mayte sonrió−