Simplicidad

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Simplicidad


–Jade se separó inmediatamente del beso se sentía apenada, Matías se dio cuenta–

–Tranquila –le susurró Matías a Jade mientras está giraba para ver a Mati–

–Mi amor –Mati la abrazó y Jade suspiro– ¿me extrañaste? –Mati negó y Jade hizo un puchero–

–Mami nos acostamos muy tarde jugando –Mati estaba feliz– y hoy nos llevaran a –guardo silencio–

– ¿Qué pasa? –Pregunto Jade estando a su altura–

–Vamos a ir a montar, pero yo no puedo –Matías sonrió al escucharlo se acercó y jugo con su pelo–

–Cuando te quiten eso –señalo al inmovilizador que tenía en la pierna– yo te enseño

– ¿de verdad? –Pregunto Mati feliz y Matías asintió– gracias –lo abrazo y Jade los observó con dulzura–



–Wili colocó una mano en el cuello de afrodita mientras con la otra rodeaba su cintura–

–Ya sé porque lo hiciste –sonrió al ver como la chica ponía sus platos en la mesa–

–Mi amor –Afrodita le tomo la mano a Wili cuando veía que la muchacha no se iba– vamos a desayunar –La muchacha suspiro decepcionada y Afrodita le soltó la mano a Wili cuando vio que la chica ya no estaba cerca–

– ¿con qué mi amor? –una amplia sonrisa se dibujaba en el rostro de Wili– bueno preciosa ahora vamos a comer

–No quiero –Wili tomó un tenedor partió un pedazo de la enchilada de mole–

–Anda mi amor tienes que comer –Afrodita no pudo evitar sonreír y aceptar el bocado que Wili le estaba dando–

–Está riquísimo

–Te dije, todo conmigo es riquísimo –Afrodita rodo los ojos y cuando le iba a dar un golpe en el brazo observó a la chica acercarse, así que se acercó y le dio un beso cortito–

–Eres muy tramposa, pero me gusta que te aproveches de mí –Afrodita negó mientras el reía–



–Mayte y Eduardo llegaron por fin a su destino–

–Wow esto es impresionante –Mayte observaba todo en su vida se imaginó estar en un lugar así de mágico–

–Valió la pena –Mayte asintió feliz– ven –le tomo la mano y la coloco a la orilla del lugar más alto–

–Esta vista es bellísima –abrió sus manos y Eduardo se colocó detrás de él– gracias

– ¿Por qué?

–Por mostrarme el mundo –Eduardo sonrió y la giro–

–Gracias a ti –Mayte le hizo un gesto que le dio a entender que estaba confundida– nunca había visto la verdadera magia de este lugar –Acaricio el rostro de Mayte y la beso–



–Wili y Afrodita terminaron de desayunar, él pago el desayuno, aunque Afrodita no quería que lo hiciera, se dirigieron a orilla del rio donde salían los recorridos a los rápidos, Afrodita estaba emocionada parecía niña chiquita–

Un Poco de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora