Un Poco de Amor

Mi monita estrambótica...

Mi monita estrambótica...

–Jade estaba desesperada al no encontrar a Mati sus lágrimas inundaban su rostro, reviso cada rincón de la primera planta del lugar, Matías ya había avisado al personal y empezaron la brusquedad en la planta alta y en los salones que tenían para uso exclusivos de fiestas infantiles, Matías abrazaba a Jade controlándola mientras realizaba unas llamadas para que cerraran la plaza y no dejaran dejar a nadie sin previa autorización, de pronto el corazón de Jade empezó a latir con más tranquilidad una de las hoster traía de la mano al niño en cuanto Jade lo vio se levantó acercándose hasta donde el menor estaba y lo abrazo rompiendo en llanto–

–No vuelvas hacer eso –rompió en llanto–

–Mami perdón pero estoy bien –la abrazo– ya no llores por favor –Jade se separa un poco del abrazo–

–Mati si a ti te pasa algo yo me muero, no vuelvas a darme un susto así

–Lo siento mami –él niño bajo la mirada se sentía realmente apenado–

–Mati nos diste un gran susto –Matías se acercó a ellos y acaricio la cabecita del niño–

–No pensé que se fueran a preocupar tanto, solo que unos niños me invitaron a subir para romper una piñata y después me invitaron un refresco

–Te he dicho que no debes de aceptar ni comidas ni bebidas

–Lo siento peor eran unos niños

–Eso no importa mi amor, nunca debes de aceptar nada que te den, hay personas malas que utilizan a niños para hacer maldades, –Mati abrazo a Jade–

–Mami pero no me paso nada estoy bien

–Después de nadar con los delfines, se dirigieron a caminar un poco, Afrodita le encantaba sentir la brisa del mar en su rostro, así que Wili la llevo a Afrodita a un muro que esta sobre el mar caminaron uno al lado del otro en silencio pero disfrutando su compañía cuando llegaron al final de esté, Wili se sentó a la orilla, Afrodita hizo lo mismo–

–Gracias –rompió el silencio Afrodita–

–No tienes nada que agradecerme –Wili se acostó recargando su cabeza en las pierna de ella– yo debería de agradecerte a ti, sabes que me encanta estar a tu lado –Afrodita acariciaba el cabello de Wili, se acercó a él y le dio un beso corto–

– ¿Qué estudiaste? –Afrodita miró el inmenso mar y suspiro–

–Economía –hizo una mueca–

–No te gusta –Afrodita negó– ¿por qué lo estudiaste?

–Mi madre insistió

– ¿Qué te hubiera gustado estudiar? –preguntó Wili mostrando interés en ella–

–Baile –Wili levantó las cejas– ¿qué tú también piensas que soy muy mala bailando? –Wili negó mientras la jalo hacia el del cuello para darle un beso–

–No solo que es muy diferente a lo que estudiaste no se asemeja en nada, aparte no sabía que te gustaba bailar

–Me encanta, aunque mi madre no esté de acuerdo

–No crees que estás demasiada grandecita para pedir autorización de tu madre –Afrodita lo miro y frunció el ceño– ya eres una mujer independiente, el dinero que tienes ya no te lo da tu madre te lo ganas, puedes cumplir ese sueño –Wili le acaricio la nariz de manera dulce mientras Afrodita lo miraba atenta a lo que decía–