¡Secuestro!

319 37 64
                                    

¡Secuestro!


−Wili se levantó inmediatamente, observó como una mujer auxiliaba a Jade, sin dudarlo se subió a su motocicleta y siguió a toda prisa la camioneta que se había llevado a Mati, por su parte Jade abrió los ojos lentamente, observó y vio a una mujer muy asustada−

− ¿cómo se llama? –preguntó la mujer nerviosa−

−Jade –se tocó la cabeza un poco desorientada−

−Señorita le tenemos que avisar a alguien –sacó del pantalón de Jade su celular− ¿a quién le avisamos? –de pronto los ojos de Jade se llenaron de lágrimas− tranquilícese

−Mi hijo –grito desesperada−

−por favor dígame a quien le aviso –Jade la miro con miedo y se levantó−

−No mi hijo –gritaba sin saber cómo reaccionar−



−Matías estaba en la oficina con Eduardo−

− ¿qué pasa? –Matías suspiro con frustración−

−No puedo creer que nuestras autoridades sean tan incompetentes –expresó molesto−

−Vamos Matías la encontrarán

−Y si no lo hacen, yo no podré vivir tranquilo con esa loca suelta –Eduardo lo miro− me siento un estúpido que nunca se dio cuenta la mujer que tenía a su lado

−No te sientas mal ella frente a ti actuaba muy bien – Matías negó y su celular empezó a sonar−

−Hola princesa –la mujer carraspeo−

−Buenas tardes –expresó con miedo−

− ¿pasa algo? –pregunto Matías observando a Eduardo−

− ¡Matías! –grito Jade en el teléfono con la voz cortada− se lo llevaron

− ¡Jade! ¿Qué pasa?

−Se llevaron a Mati

− ¿cómo que se llevaron a Mati? Por favor princesa tranquilízate que no te entiendo, dime ¿dónde estás?

−En la plaza de los valores

−Mi vida no te muevas –termino la llamada, se levantó de prisa−

− ¿Qué paso?

−No le entendí bien solo dijo que se llevaron a Mati

− ¡qué! lo secuestraron

− ¡Secuestro! –negó Matías al escuchar las palabras que el mismo había dicho y sin dudarlo salieron los dos−



−Afrodita miró la prueba y cerró los ojos, sus lágrimas de miedo y preocupación empezaron a cambiar por felicidad, tocó su vientre de una forma tierna, sonrió al mirarse al espejo las lágrimas se mezclaban con su enorme sonrisa y esa felicidad que la estaba invadiendo en ese momento−

−Mi bebé seremos sólo tu yo princesa –acariciaba su vientre imaginándose− a mí niña, porque sé que serás un bella niña, ¿te parecerás a él patán de tú padre? –se preguntó sonriendo al imaginarse a Wili− acaso serás igual de travieso que Mati –se miró asustada− hay no lo bueno que las gemelas no son de tu familia, te imaginas que sean dos –sonrió divertida al imaginarse a su hija− hay mi vida yo te juro que algún día conocerás al patán de tu padre, pero todavía no, ahora solo somos nosotras, así que pórtate bien sí que no tengo quien me consientan

Un Poco de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora