Un Poco de Amor

¡Tío!

¡Tío!

–Abigail y Afrodita estuvieron un rato platicando, Afrodita la convenció que tenía que comer algo así que se dirigieron a un restaurante de comida rápida–

– ¿entonces él no sabe que van a ser padres? –Abigail negó con miedo–

–No y no sé cómo lo va a tomar –Afrodita le sonrió–

–Me imaginó que feliz

–No lo sé, él es un mujeriego y ahora anda conquistando a una mujer rica o eso es lo que me enteré, sabe –miro a Afrodita– tengo miedo –Afrodita le tomó la mano de una manera dulce–

–No te preocupes todo va a estar bien, sí el no se quiere hacer cargo de su bebé, se lo pierde, yo te voy a ayudar

– ¿cómo me va ayudar?

– ¿qué necesitas?

–Pues hasta ahora nada, mis padres todavía no lo saben –Afrodita levantó la ceja– pero estoy segura que en cuanto se enteren me van a correr de la casa

–si eso pasa, te puedes venir a vivir conmigo o te conseguimos un lugar donde vivir

–¿de verdad harías eso por mí?

–claro ¿por qué lo dudas?

–bueno me acabas de conocer, no dudas –Afrodita negó–

–Me gusta confiar en las personas –Abigail la miró tratando de sonreír, esa mujer era extraña pero era buena–

–Matías llegó a la cita con el abogado–

–Matías pensé que no llegabas –Rodrigo y Matías se saludaron–

–Disculpa tuve un inconveniente

–¿estás bien? –Matías asintió– entonces entramos

–Sí claro me urge resolver estos pendientes

–Jade estaba preparando el desayuno cuando Wili bajó–

–Buenos días –Wili se acercó a Jade dándole un beso en la mejilla–

–Amanecimos de buen humor –Jade observó a Wili–

–y ¿cómo no ser feliz? Si te tengo a ti a Mati y a mi estrambótica monita –Jade sonrió– por cierto quiere conocerlos

–¿de verdad? –Jade suspiro e hizo una mueca– Matías también te quiere conocer –Wili la miro sorprendido–

–Ya me conoce –jade rodo los ojos–

–Pero no como mi hermano –Wili sonrió– sonso pensé que no ibas a querer conocerlo

– ¿eres feliz? –Jade asintió–

–Ayer Mati se enteró que Matías es su padre

– ¿cómo lo tomó?

–Feliz –Wili abrazó a su hermana–

–Me encanta que tú y Mati sean felices, que te parece si hoy vamos a comer mariscos

–Qué rico, déjame ponerme de acuerdo con Matías según el hoy nos íbamos a Cancún

– ¿con permiso de quién? –Jade sonrió ante la seriedad de su hermano–