¿Dónde está Mati?

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¿Dónde está Mati?


–Jade miro a Mayte en cuanto escuchó la voz de Matías se puso nerviosa, no sabía que tanto era lo que había escuchado y ¿sí había escuchado todo? Que iba hacer, Jade estaba segura que Matías se molestaría con ella si se enterara de esa forma–

–Cosas sin importancia –contestó Mayte al ver que Jade no respondía, Matías se acercó a Jade se hinco poniendo su rostro detrás del cuello de ella acercándolo a su mejilla y dándole un tierno beso, Mayte los miro sonriendo por la escena tan tierna que acababa de presenciar–

–Hola mi amor –Jade se giró mirándolo encantada y dejo un pequeño beso en sus labios–

–Hola –Jade estaba ruborizada pero feliz por ver como Matías se comportaba tan dulcemente con ella–

– ¿Lista? –Jade asintió–

– ¿Dónde está Mati? –Preguntó Matías buscando al niño en la oficina–

–Se quedó con las gemela –Matías se colocó frente a ella y le dio la mano, Jade la tomo y se levantó él la abrazo para después dejarle un dulce y tierno beso en sus labios–



–Afrodita se separó lentamente del beso que Wili le había dado y por primera vez en lugar de enojarse y gritar lo miro de una manera dulce para después hacerle unas preguntas–

– ¿Por qué lo hiciste? –Wili la observó mientras la seguía abrazando– por favor contesta –suplico–

–Afrodita sé que tú tienes la peor idea de mí, pero te juro –le tomo el rostro– tú provocas muchas cosas en mí

– ¿cómo qué? –Wili le sonrió dulcemente–

–Cómo que quiera ser mejor persona –Afrodita iba a decir algo pero Wili no la deje– déjame hablar por favor –ella suspiro y asintió– en mi vida había hecho cosas como las que hago por ti

– ¿qué cosas?

–salir de viaje con una mujer pagando yo todo y sin esperar nada a cambio –Afrodita alzó la cejas– yo no estoy acostumbrado a buscarlas, ni tampoco a rogar, yo no busco besarlas –Afrodita estaba empezando a molestarse– pero contigo es diferente, a ti quiero protegerte, cuidarte, estar a tu lado solo para platicar disfruto tu compañía en los viajes, toda tu me fascina

–Wili yo –él la interrumpió–

–Yo sé que es una par de meses te vas, hagamos un trato

–No me pienso quedar en México

–Y no quiero que te quedes o al menos no ahora –confesó sintiendo un angustia al saber que esa mujer se iría– déjame mostrarte esto –señaló el lugar que tenía en frente–

– ¡el acuario! –Wili sonrió–

–No solo el acuario, déjame mostrarte los lugares que más amo de Veracruz, deja que cambie la imagen de patán que tienes de mí

–¿cómo amigos? –Wili asintió sonriendo– pero Wili –él la tomo de la nuca y la beso–

–Sí cómo amigos –susurro en sus labios–

–Pero los amigos no hacen esto –él le dio otra sonrisa–

–tú tienes la culpa, tus besos me fascinan –Afrodita sonrió– aunque no sabes besar –le dio un golpe juguetón en el hombro–

Un Poco de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora