Un Poco de Amor

¿Estás celoso(a)?

¿Estás celoso(a)?

–Wili sonrió al ver la cara de fastidio de Afrodita, se recargó en la camioneta de esta esperando una respuesta, Afrodita cerró la cajuela molesta–

–Y entonces –la sonrisa de Wili no se quitaba y la cara de molestia de Afrodita no cambiaba– pensabas irte sin mí –Afrodita lo observo–

–Sí pero veo que eso no será posible –Wili la miro sabía que esas palabras de Afrodita significaban que le permitiría acompañarla–

–Exacto –Wili tomo la mano de Afrodita jalándola y pegándola hacía él–

–Ay –grito asombrada por la reacción de Wili, este la miro y quedaron unos segundos sin decir nada antes de que él la tomara por la nuca y la besara, Afrodita rodeo con sus brazos el cuello de Wili cediendo al beso, se separaron lentamente, Wili la miraba de una manera dulce, Afrodita sonrió–

–Espero que esto no nos traiga mala suerte –Wili rodo los ojos y ella sonrió triunfante, acababa de hacer molestar a Wili–

–No nos traerá mala suerte –le susurró Wili a Afrodita cuando ella se dirigía al asiento del copiloto después de darle las llaves de la camioneta a él, la piel de ella se erizo al sentir su aliento tan cerca y no pudo evitar sonreír– te puedo asegurar que de este día no te vas a olvidar –Abrió la puerta esperando a que ella se subiera y se acomodará para después cerrarla y el dirigirse a su asiento–

–Jade abrió los ojos y sonrió al ver la imagen de Matías durmiendo a su lado–

–No sabes cuantas veces soñé con estar así –lo miro perdida en la imagen que tenía frente a ella–

–Yo también –Matías la rodeo con sus manos y la abrazó pegándola a su cuerpo– buenos días –acaricio el rostro de Jade y lo beso– este ha sido el mejor despertar –Jade sonrió–

–El mío también es la primera vez que despertamos juntos

–Y será el primero de muchos, porque yo te quiero a mi lado siempre –Jade lo abrazo–

–Yo también te quiero a mi lado siempre –acarició dulcemente el rostro de Matías– te amo –se acercó a sus labios y susurró, él le tomo el rostro roso sus labios con los de ella, disfruto la suavidad de sus labios para después explorar su boca y perderse en esos labios–

–Afrodita y Wili después de dos horas de camino llegaron a Jacomulco–

–Wili la excursión salía de Veracruz –Afrodita estaba molesta–

–Para que quieres una excursión si tienes al mejor guía parado frente a ti –Afrodita rodo los ojos–

–De verdad que tú te ego es grande –Wili se acercó a ella–

–Y no solo mie ego –le susurro logrando sonrojar a Afrodita– también mi insistencia y mi conocimiento de la zona –Afrodita no pudo evitar sonreir–

–antes de empezar me muero de hambre, comí un desayuno muy ligero

–Pensé que nunca lo ibas a pedir yo también me muero de hambre –le tomo la mano y se dirigieron a una casa humilde–

–Aquí vamos a comer –Wili asintió– huele muy rico

–Todo es muy rico, esa señora –indicó a la mujer adulta tenía aproximadamente unos 70 años, pero se veía ágil, y estaba palmeando tortillas mientras daba indicaciones a otras mujeres que preparaban los antojitos que ahí vendían– desde que yo tenía unos cinco o seis años y venía con mis padres y mi hermana a esta lugar ya estaba así como está ahora dando órdenes pero sin dejar de trabajar