¿Qué herencia?

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¿Qué herencia?


–Jade miró a Katia la cual estaba furiosa, Matías se separó de Jade y miraba a Katia–

–Así que por esta zorra me piensas dejar –grito Katia molesta mientras se acercaba a Matías–

–No tienes por qué insultarla Katia –Matías la miro– vamos –le tomo la mano y está se soltó dirigiéndose a Jade–

–Tú –se acercó levantando la mano pero Matías la jalo–

–no te voy a permitir que le pongas una mano encima a Jade me escuchaste –Jade veía a Matías confundida–

–Lo mejor es que los deje solos –abrió la puerta y entró a la casa–

–Es por ella que quieres el divorcio –grito Katia desesperada–

–Es por ti, me tienes harto, de verdad no te das cuenta que esa maldita obsesión por un hijo acabó con nosotros

–No me puedes decir eso, cuando tú me apoyabas siempre

–Porque querías que fueras feliz, Katia muchas veces te dije que deberíamos de disfrutarnos, de ser felices con lo que teníamos y tú nunca me escuchaste

–Yo deseo tener un hijo para complacerte, para formar nuestra familia –las lágrimas de Katia empezaban a escurrir–

–Pero nosotros ya teníamos una familia –Matías se acercó a ella y le levanto el rostro con sus manos– no necesitábamos de un hijo para ser felices –Katia lo miro– yo no puedo seguir contigo porque nuestra relación ya no está funcionando

–No me digas eso Matías por favor, nosotros todavía podemos ser una familia –se limpió las lágrimas mientras Matías le soltó el rostro y negó– mira eso que sientes por esa mujer es pasajero –Matías la observó y negó– tú me amas a mí –Katia se acercó y le tomo el rostro– no puedes echar por la borda siete años de matrimonio

–Katia lo siento pero si seguimos juntos nos lastimaremos, esto me duele –Katia se acercó a besarlo pero Matías se quitó– pero no te amo, ya no te amo y sabes no sé si en algún momento lo hice –Katia lo soltó y lo miro–

–Te daré tiempo, sé que solo estás confundido –se dio la media vuelta y se dirigió a su camioneta, Matías la vio irse y sintió rabia coraje por haber expuesto a Jade a una situación así–


–Jade estaba recargada en la puerta y pudo escuchar algunas cosas, tenía los ojos cerrados y algunas lágrimas le escurrían por la mejilla, ella nunca se imaginó estar en esa situación y se sentía incomoda–

– ¿estás bien? –preguntó Afrodita acercándose a ella, Jade abrió los ojos lentamente y la miró negando–

– ¿puedo? –hizo una seña para saber si podía acercarse a darle un abrazo y Jade asintió–

–¿Qué pasa? –Jade la observó y suspiro–

–Katia nos vio besándonos –Afrodita sonrió y movió la cabeza para evitar la felicidad que sentía–

–Esa arpía ¿Qué te dijo? –Jade la miró extrañada– Matías no la ama –Jade la miro desconcertada– Katia se encargó de acabar con el poco cariño que él le tenía

– ¿cariño? –Afrodita asintió–

–Matías se casó pensando en otra mujer –Jade la observó sorprendida– y a pesar de no amarla la trato como una reina, siempre fue un lindo con ella, vivía para complacerla pero la obsesión de ella por un hijo lo desquicio

Un Poco de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora