VEINTISIETE

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10:30 p.m

Desde que el pequeño de ojos rojos había llegado al departamento por la mañana , se la habían pasado haciendo miles de cosas.

Se decidieron por pasar una tarde de hermanos , de compas , de todo.

Ya habían correteado como animales por toda la casa , mientras se disparaban chirriantes hilos de agua helada directo a la cara y se protegían con platos de colores.

También se habían hecho un menjurje en la licuadora  de cereales acaramelados ,leche de sabores , panes dulces y toda golosina atractiva que pudieran encontrar, la cual sirvieron en tarros de cristal y decoraron con montañas de crema batida , chispas de colores chillones y cerezas en almíbar. O sea , un recipiente repleto de diabetes.

Habían hecho toda locura que se te pudiera cruzar por la cabeza.

Pero ahora se encontraban a nada de iniciar una película , mientras estaban desparramados sobre algunos cojines en el suelo y tomaban de su bebida  de diabetes.

Ambos chicos sorbían ruidosamente por los sorbetes mientras observan el cortometraje.

Las horas pasaron y el filme había acabado , y ellos aún no sentían ni una pizca de sueño picotear por su cuerpo.

-Bonnie- llamo con un poco de entusiasmo el mayor.

- ¿qué pasó foxy?- pregunto desganado el pelimorado.

-vamos a un antro we- dijo con cierta insistencia el pelirrojo.

-mmm...- el muchachito de orbes rojos le dirigió una mirada rápida , para asegurarse de que lo que decía no era en broma.

- ándale- suplicó el mayor.

-pues bueno- contesto simplon el menor mientras se encogía de hombros sin interés.

- cool!- exclamó el de orbes oro y se levanto de un brinco.

Luego toma la escuálida mano del menor y lo jaloneo para que se levantara.

Ambos tomaron algo abrigado , debido que era una noche un poco fría. Y luego salieron cerrando la puerta tras ellos.

Una vez fuera del local el pelirrojo tomo su celular y llamó a un taxi , que en menos de 5 minutos ya se encontraba aparcado frente a ellos.

El pelirrojo tomo la manija de la desgastada puerta amarillenta del taxi y la abrió con delicadeza , haciendo una pequeña reverencia y un extraño movimiento con su mano libre mientras fijaba su mirada en los orbes rojos.

-las damas primero- pronunció socarronamente el pelirrojo mientras sonreía.

- muchísimas gracias caballero- respondió con falsa elegancia cubriendo sus palabras , mientras le dedicaba una sonrisa cómplice.

-no hay de qué my lady- termino el mayor con un extraño intento de voz de mayordomo.

Y luego ambos bobos entraron entre risillas al auto.

En el camino al antro ambos se la pasaron canturreando y bromeando entre ellos.

Una vez llegaron el muchacho de cabellos rojizos se apresuró a pagarle al conductor y luego salieron disparados al local.

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