TRES

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- Tu habitación es la numero 134- me dijo la chica rubia , con una cálida sonrisa plasmada en su rostro mientras extendía las llaves hacia mi - disfruta tu estancia en la nueva escuela , espero verte más seguido- me guiñó un ojo y me entregó las llaves.

-gracias- algo extrañado , tome las llaves con cuidado. ¿Eso era un coqueteo?.

Bueno no importa, tengo cosas más importantes en que pensar ahora , como en lo mucho que odio esta nueva universidad y mis enormes ganas de tirarme del quinto piso.

Lo único bueno es que no tendré que compartir habitación con nadie , ya que mi habitación es una que no se ocupaba .

Gracias vida , si quiera en esto me ayudas.

Subí al tercer piso , con dificultad , cuánto tiempo tenía que no subía tantas escaleras , Dios, es muy cansado.
Otra razón para odiar esta universidad.

Avance por el pasillo , 130 , 132 , 133 , 134! , listo , por fin llegue. Estaba apunto de abrir pero me di cuenta que la puerta ya estaba ligeramente abierta.

El chico se mantuvo parado frente a la puerta , pensó que tal vez solo había sido un pequeño error de los de limpieza y se habían olvidado de cerrarla. Así que tomó sus llaves, las guardo en su bolsillo trasero , y empujó la puerta.

La habitación no era muy grande , pero era acogedora , las paredes eran blancas , tenia una ventana que daba hacia el patio de la universidad y estas venían acompañadas con unas bellas cortinas color crema, a un lado la cama , era una cama grande con un cómodo edredón azul y por último un armario , no era muy grande , pero seguramente cabria toda su ropa.

Con cuidado fue desempacando todas sus cosas , acomodando sus útiles y fotos en distintos lugares.

Junto su ropa y se acercó al armario.

Un sollozo.

- ¿Qué fue eso?- dejó las prendas sobre su cama y temeroso se acercó al armario , pues de ahí vino aquel sonido.

Con lentitud abrió el armario , cuando por fin lo abrió completamente , asomo su cabeza , y lo vio.

Un chico como de 18 años estaba en su armario ,era delgado , tenía las rodillas en su pecho y tapaba su boca con ambas manos , mientras tiritaba , sus mejillas estaban cubiertas de lagrimas y sus ojos estaban rojos por haber llorado. Pero lo que más había sorprendido al ojiverde eran las marcas que tenía en su cara , lo habían golpeado.

- N-No me lastimes m-más por favor-
Esa voz...

- Tranquilo , no te haré daño , solo déjame ayudarte, si?- estaba nervioso , pero no se preocupaba tanto , ya sabia que hacer en situaciones como esta.

Así que se acercó con cuidado al chico y se puso de cuclillas frente a él.

Acercó su mano en modo de pregunta , y después de un momento el chico lo comprendió y se relajó un poco , dejando caer su hombros , dándole a entender a Bon que ya podía hacer lo suyo.

Tomo con mucho cuidado las manos del chico , las toco como si de porcelana se tratase , y es que , de cierta manera sentía que debía proteger al pequeño chico.

El extraño al sentir el tacto delicado del peliazul , se estremeció , e hizo ún movimiento rápido , como en defensa.

- Hey , tranquilo chico , si no me dejas ver tus heridas , no podré hacer nada , solo déjame verlas , para que ya no te duela más , okey?- lo dijo con delicadeza mientras mantenía sus manos sobre los brazos del chico.

Y así fue , Bon tomó las manos del chico con mucho cuidado y con suavidad fue quitándolas de la cara del chico. Luego tomó la cara del chico para poder verla mejor y con cuidado de no hacerle daño la alzó.

Sintió que toda su sangre bajo a sus pies , sus manos empezaron a temblar con el contacto del chico , sentía como si su corazón se hubiera detenido,  sintió que el mundo se le veía encima.

- B-Bon? - sus miradas estaban conectadas , ninguno de los dos se lo creían , sus manos seguían juntas , pero parecía que ninguno de los dos estuviera realmente ahí , parecía que se encontraban perdidos, en sus ilusiones , en las miles de veces que ambos habían soñado con encontrarse de nuevo , en los recuerdos.

- BONNIE!?- y por fin el peliazul reaccionó , soltó con rapidez las manos del menor y se abalanzó  al chico , lo había extrañado , enserio que lo había hecho , ese chico había sido su razón de ser por mucho tiempo , y cuando se la arrebataron se sintió fatal.

Y lo abrazo , lo abrazo como la primera vez , como cuando se confesaron  su amor , se abrazaron aferrándose el uno al otro , con fuerza , como si quisieran retomar todo aquel amor y afecto que ninguno de los dos había tenido en todo el tiempo que estuvieron separados, fue un abrazo con muchas emociones dentro , una combinación entra la amargura del pasado pero con la ilusión del futuro.

Y las lagrimas del menor comenzaron de nuevo , pero ya no se callo , el peliazul pudo escuchar cada sollozo y cada hipido , y lo escucho , escucho en ese llanto todo el dolor del chico , sintió en cada lagrima salada que empapaba su camisa , el dolor que el chico estaba y estuvo cargando consigo mismo , y se dio cuenta que el bonnie de ahora , era más frágil que el anterior , sentía que un suave toque podría romperlo en pedazos.

Sintió que su corazón se hacía pequeño , cuando el menor bajo la cabeza de su hombro y la apoyo en su pecho en busca de protección , y se aferró nuevamente como un pequeño cachorro abandonado.

Y así estuvieron por mucho tiempo, los dos se necesitaban , quisieran o no quisieran admitirlo.






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