Aún te recuerdo

TREINTA Y CUATRO

Entregó el dinero y la mujer de la caja le sonrió con suavidad.

El muchacho de cabellos turquesas tenía un hermoso peluche de felpa lila entre sus brazos, sus ojos brincoteaban entre sus cuencas de cristal.

Salió del local con una cara radiante de alegría.

Metió una mano en uno de los bolsillos traseros de sus vaqueros y tomo su celular.

Y con agilidad tecleo algunas cosas, en segundos la llamada entraba y un uber llega a la planta de sus pies.

Sonrió con simpatía al chico de adentro y entro a la sillón del copiloto , todo esto después de dejar la millonada de regalos atrás.

-hola mi nombre es felix es un gusto- soltó socarrón el pelirosa.

-gracias- dijo apenado el morocho para luego cortarlo de una y acolchonarse en la ventana.

Sus orbes verdes se paseaban por las pequeñas gotas de lluvia que rodaban ventana abajo, había llovido y todo estaba húmedo , pero a él le gustaba el clima.

Y sin darse cuenta , callo en brazos de Morfeo.

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-lindo, disculpa?- el conductor sacudía el hombro del morocho para despertarlo.

-mmhm- parpadeo repetidas veces y se incorporó bobamente. Sus mejillas estaban frías y coloradas debido a que se había acolchado con el cristal.

Y luego después de pagar y tomar sus cosas salió avergonzado del carro.

Estaba en la entrada de su edificio.

Camino hacia adentro, mientras acarreaba con dificultad todo lo que había comprado.

Un gran peluche morado de oso, un enorme ramo de flores, golosinas de todo tipo, y por ultimo algunos plumones y cartulinas.

Su amor por aquel chico era inmenso, y estaba tan emocionado porque al fin podría decírselo.

Una vez dentro su departamento su estómago rugió.

-rayos, de tanto pensar en eso ni siquiera he tomado algo de comer- gimió exhausto el morocho.

Así que se acercó a su pequeño refrigerador y comenzó a husmear.

Tomo una manzana y antes de que pudiera pegarle un gran y satisfactorio mordisco , su celular vibro y
chillo bajo su vaqueros.

Cansado dejo la manzana por un lado y tomo la llamada.

- hola, soy chica-

El peliturquesa se petrificó y la sangre se le bajó a los pies.

-H-hola- soltó pasito y avergonzado.

-mira, no preguntes ni cómo, pero me enteré que le vas a pedir a Bonnie que sea tu novio- dijo toscamente la rubia.

-sí- dijo firme , y luego sostuvo el aire nervioso.

-está bien, pero si llegas a lastimarlo morirás- dijo con dureza la chica- y cómprale muchas más cosas-

El chico dio suavemente y antes de poder contestar la plaza fue cortada.

Tomo su manzana le pego un mordisco , tomó sus bolsas y salió a comprar de nuevo.