TREINTA

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Lo único que los orbes rojos podían ver era oscuridad , sentía el miedo recorrer su cuerpo y el frío estrechar su piel.

Miro hacia todos lados pero no había nada.

De repente escucho un susurro a lo lejos.

Giró todo su cuerpo hacia la dirección que el sonido provino.

Se mantuvo en silencio tratando de reconocer la voz o escuchar algo más.

Y nuevamente los susurros comenzaron.

Así que comenzó a caminar dudoso de cada paso.

Y lo que antes sólo eran atisbos de voces ahora eran voces que se escuchaban fuerte y claro retumbando en la cabeza del pelimorado.

-Foxy para!!-

-tranquilo Bonnie , esto te va a gustar~-

Esa voz grave y ronca la reconocería donde sea, era la voz de su mejor amigo.

Además, esa no era una conversación cualquiera, aquella era la vez que su pelirrojo amigo había tratado de abusar de él.

De repente a su alrededor se a materializó una habitación.

Bajo sus pies se formó un tapete de felpa y a su alrededor paredes de las cuales colgaban cuadros con fotos del conejo y el zorro sonriendo felizmente.

Pero a pesar que la habitación fuera tan cálida , en el centro del cuarto la peor pesadilla del menor se llevaba a cabo.

Y por alguna extraña razón el pelimorado podía ver todo desde una esquina de la alcoba.

El pequeño trato de escapar , mirar hacia otro lado , o cerrar los ojos , pero por alguna razón su cuerpo no se lo permitía.

Podía ver cómo su amigo jugueteaba con descaro su blanquecino cuerpo y dejaba marcas en él.

Se veía llorar y pedir ayuda a gritos , podía sentir la desesperación que había sentido en ese entonces.

El pelimorado sintió que su estómago dio un vuelco , sintió náuseas y un ardor horrible en la boca del estómago y garganta. Sus ojos escocían por las lágrimas de desesperación , se sentía tan impotente por no poder hacer Nada.

La perturbadora imagen pasaba frente a sus ojos mientras el solo podía soltar gritos ahogados.

Sentía que se desbarataba por dentro.

Entonces , sintió un cálido líquido subir por su garganta , y por un momento sintió la gloria de poder devolver todo, pero antes de que esto ocurriera pudo escuchar como alguien habría la puerta de la habitación.

El pequeño soltó todo el amargo líquido mientras tosía y gimoteaba, luego se limpio los labios con el dorso de la mano y dirigió su acuosa mirada a la persona que entraba a la habitación.

La rubia de mechones verdosos cubrió su boca con ambas manos , mientras lágrimas diluidas con máscara negra se deslizaban por sus rojizas mejillas.

La muchacha observó horrorizada como su novio abusaba de su mejor amigo.

Entonces llena de furia y terror la rubia tomo lo primero que encontró , un florero , y lo estrelló con tormento contra la cabeza de su novio mientras se desgargantaba con un grito de horror.

La chica observó con inquietud como los pedacillos de porcelana caían a lo edredones y como la sangre salía a borbotones de la cabeza de su novio.

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