VEINTICUATRO

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Narradora.

La rubia corría entre los pasillos lo más rápido que sus cortas piernas se lo permitían.

El pequeño pelimorado la había llamado como 5 minutos atrás , mientras ella se encontraba en su siesta de belleza //que por cierto es muy importante para la rubia// , y si no hubiera sido por  la inquietante preocupación con la que hablaba el chico , sus suaves sollozos y su acelerada respiración que chocaba contra el micrófono , ella no se encontraría ahí , olvidando por completo su siesta de belleza.
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La morena llamaba una y otra vez al teléfono de su novio , estaba más que enojada , su estómago estaba revuelto , sentía que se podría quebrar una uña de tanto teclear.

En una rabieta arrojó su celular hacia su cama , azoto su pie contra el piso , bufo con pesadez , y se cruzó de brazos.

Sentía el humo salir de sus oídos , no podía soportar el hecho de que alguien no hiciera caso a sus caprichos.

Ella quería salir con su lindo novio , y habían quedado en que irían a comer helados , porque la morena creía que eso era algo romántico que debían hacer entre parejas, para ser "Goals" y presumirles su guapo novio a sus amigas.

Pero esa salida era hace dos horas ya, y ella estaba sacada de quicio.

Comenzó a caminar al rededor de su cuarto pensando en alguna manera de conseguir lo que ella quería.

Y entonces , una maliciosa sonrisa se pinto en su delicado rostro.

Tenía una idea ,y estaba segura de que se llevaría una buena divertida con esta...
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El pequeño pelimorado acariciaba con paciencia el cabello del mayor.

Lo miraba con cariño , estaba completamente engatusado con su lindo rostro.

Delineaba con delicadeza sus rasgos , para no causarle dolor , pero aún así admirando lo guapo que era.

Hasta que su mirada se fijó en sus carnosos labios , aquellos labios le causaban demasiados sentimientos.

Pero no, no debía , sería inapropiado besarlo mientras está así, pero seguían siendo malditamente tentadores.

Acercó su fino dedo con lentitud hacia ellos , y con sumo cuidado presionó su dedo contra estos , sintiendo una corriente subir por todo su brazo y poniéndole la piel de gallina.

Trago el nudo en su garganta con dificultad y comenzó a acercarse a él.

Mientras más se acercaba , más sentía que su corazón saldría de su pecho. Podía estar seguro de que si el moreno estuviera consciente , escucharía sus latidos.

Su mirada estaba fija en sus labios , cerró su ojos y...

-BON!! BEBÉ!! ABRE LA PUERTA!!!-

El pequeño dio un salto del susto y cayó de sentón al suelo.

El pelimorado se levantó abochornado y adolorido , y se acercó lo más rápido que pudo a la puerta.

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