Aún te recuerdo

VEINTINUEVE

El de cabellos turquesa corría chapoteando bajo la fría lluvia que empapaba todo a su alrededor , aún no entendía porque se había dejado convencer por la peli blanca para ir a un bar , esa chica siempre lograba lo que quería.

Gracias al cielo vestía una gabardina que lo mantenía tibio mientras las gotas frías caían.

Y también  cargaba un beanie gris para cubrir sus enmarañados cabellos.

Pero de todos modos lo que comenzó como una suave llovizna ahora estaba a nada de volverse una lluvia torrencial.

Así que busco lo más rápido que pudo por un refugio de esta.

Cuando por fin ,encontró una pequeña panadería que irradiaba calidez.

De inmediato se adentró a esta y comenzó a frotar sus manos para conseguir un poco de calor.

El otoño no era tan lejano y las frías brisas ya se sentían cercanas.

Bon se encontraba distraído con los distintos panes de colores y sabores cuando una empapada mata de cabellos morados al otro lado de la vitrina llamo su atención.

El de cabellos turquesa se acercó al empañado vidrio y froto su mano para poder observar con mayor claridad la persona del otro lado.

Y no tuvo que verlo por mucho tiempo , porque de repente la campanilla de la puerta ya estaba tintineando y el mayor ya salía corriendo hacia el pequeño chico de cabellos morados.

-¿¡Bonnie que demonios haces aquí!?-exclamó exasperado el mayor mientras se desprendía de su gabardina y se agachaba a un lado del muchacho.

-Bonnie no es bueno que hagas esto , vas a cachar un muy mal resfriado- dijo completamente preocupado y desesperado el mayor mientras envolvía el helado cuerpo del pequeño en su gabardina.

Pero a pesar de eso el menor no mencionaba ni una sola palabra.

El de cabellos turquesa cruzó un brazo tras la espalda del menor y lo ayudo a levantarse. De inmediato su mirada de dirigió hacia el agua teñida de rojo que corría por las rodillas del pelimorado.

Su ojos se abrieron como platos al ver las pequeñas cortadas que decoraban por completo las rodillas del menor.

Su mirada subió nuevamente hacia la cara del menor y de repente todo cayó en cuenta.

Los ojos completamente hinchados, sus labios temblaban , las mejillas sonrosadas y la mirada completamente vacía decorada por lágrimas mezcladas con lluvia.

Y de repente sintió como su corazón se encogía dentro de su pecho seguido por un pellizco en el estomago y un fuego sofocante en los pulmones.

Lo habían dañado y esta vez de verdad.

El peliturquesa no siguió intentando que le explicará las cosas ,sabía que el menor no hablaría hasta estar más calmado.

Así que colocó su beanie en el de cabello violeta y se dirigió de vuelta a la panadería.

Una vez dentro recibió dos que tres miradas horrorizadas así que se dirigió directo a los baños.

Sentó al menor en la barra del lavabo y se giró para buscar algo para curar sus heridas.

Rasgo un pedazo de papel ,lo humedeció y comenzó a frotarlo sobre las rodillas y pantorrillas del menor quitando los restos de sangre.

Luego procuro secar lo más que pudo el cuerpo helado del menor.

Pero se percató que sería imposible su ropa estaba completamente empapada.