Como prisioneros

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Capitulo 14

Mía

Ya perdí la cuenta de cuantos días llevo en Lit. Sé que no son muchos pero nunca quise saber cuánto tiempo estaría dormida. Simón explicó que si se tarda mucho algunos son desconectados en el hospital y se quedan muy débiles hasta la muerte. Pero sé que llegaremos a tiempo y mi familia nunca perderá la esperanza.

Mi familia…

Veo otra águila volar en círculos y siento como un escalofrío recorre mi cuerpo.

-Las águilas van a volverme loca. ¿Por qué hay tantas?

Simón apenas se gira para mirarme por su hombro y me da una sonrisa débil:

-Esa es la razón – dice señalando lo que parece un castillo -. Es el castillo de la reina Cenia, madre de los Cleops y el viento. Lamento decir que no nos recibirán con los brazos abiertos… seguro ya saben lo de Abrams.

-¿No podemos tomar otro camino?

-No tienes ni idea del tamaño de sus tierras. Para evitarlas tardaríamos días. Además nos están vigilando.

El sonido del águila le da la razón y respiro hondo pensando en lo que puede venir.

-¿Nos van a lastimar?

-Tranquila Mía. Estás en manos del mejor ángel guardián. Cualquier famosa se moriría de envidia por tener un guardaespaldas como yo.

-Que presumido –digo entre risas.

-Es la verdad aunque no lo quieras reconocer- hace una pausa y continúa.- Te voy a decir el plan. Iremos directo al castillo sin dudar. De todos modos no nos pueden castigar, él estaba en mis tierras y con intenciones de matarte. Todo estará bien.

Por algún motivo ese “Todo estará bien” no me tranquiliza pero prefiero no averiguar más. Es raro sentir que estás en  tierras de nadie con el riesgo de ser atacada en cualquier momento pero al estar abrazada a Simón mientras el caballo avanza me siento más segura que nunca. Por unos segundos me olvido de las águilas y cerrando los ojos respiro hondo. Esto podría ser un simple cuento de hadas… cabalgando junto a mi salvador, solos en kilómetros sin nada que nos detenga. Pero el sonido del ave me obliga a despertar y sé que esto no es un cuento de hadas ni mucho menos.

-No sé si ya te lo dije pero… gracias por salvar mi vida.

-Ya me lo dijiste y no es necesario. Protegerte es mi deber- contesta como si fuera un soldado.

Suspiro intentando de ocultar esa pregunta que invade mis pensamientos… ¿Soy simplemente una misión más para él? Claro que sí idiota. ¿Por qué pensaste que tú tenías que ser más especial que cualquier otra persona a la que ayudó?

El caballo se detuvo a descansar y nosotros almorzamos mientras las águilas se acercaban cada vez más amenazándonos con lo que nos podría pasar.

Simón

Como ya es costumbre Mía duerme mientras yo la miro. Esta noche estoy armado con el arco y flecha aunque intento de evitar las tres águilas que no dejan de volar sobre nuestras cabezas.

Me preocupa lo que nos harán en ese reino. No se lo dije a Mía pero Abrams era un príncipe y eso los molestará aún más. Celia es tramposa y no dejará que salga tranquilo por las puertas. Además de sus juegos estúpidos que le gusta hacer con sus “huéspedes”. Sólo espero que no meta a Mía en esto.

Las tres águilas se acercan más que nunca transformándose en dos hombres y una mujer. Yo ya estoy apuntándoles con el arco.

-¿Qué haces ángel? Si nos disparas más águilas vendrán y no te alcanzarán las flechas para defenderte –dudando bajo el arco porque no me queda otra opción. - Soy el Cleop Ceres Newt. La reina exige su presencia y la de la chica en el castillo.

-¿Ahora? Es un poco tarde para molestar.

El otro hombre agarra a Mía de las muñecas y despertándola la obliga a pararse con agresividad.

-¡Ei! Cuidado con ella. No pueden lastimarla.

El hombre se ríe y veo la desesperación de Mía intentando de resistir mientras el Cleop la obliga a caminar. Finalmente se da por vencida y alejando la mirada de mí se deja llevar.

La chica Cleop se acerca a mí con una sonrisa

-Hola Simón. ¿Me extrañaste?

-Créeme Serena, no te extrañé ni un segundo.

-Qué lástima, hacíamos una linda pareja. Mañana tendrás que enfrentar a mi mamá sin mi apoyo. No está para nada contenta con saber que mataste a un hermano mío- su voz desafiante me demuestra sigue siendo la misma que conocí hace años.

Sin contestar Ceres me sujeta de los brazos llevándome como prisionero mientras escucho la risa de Serena a mis espaldas.

Mía a unos pasos más adelante que yo se deja llevar. Como prisioneros nos arrastran hacia el castillo sin saber que será de nosotros al día siguiente.

DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora