Se terminó

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Capitulo 36

Magma

Enterrando los talones en el barro para frenar mi corrida hago lo posible para no chocar con un árbol. Recuperando el aire veo a Simón peleando con un Desalmado ¿Qué está pasando? Unos gritos hacen que gire la cabeza y me encuentro con Sofía atada a un árbol. Las lágrimas caen por su rostro mientras sacude su cuerpo. Está tan lastimada que me sorprende que aún tenga fuerzas para gritar. Corro hacia ella y cuando veo su mueca de sufrimiento algo se derrite dentro de mí y siento una pena terrible.

-Sofía –le susurro intentando de tranquilizarla –.Cálmate. Estarás bien.

-Las serpientes. Duelen. Duelen mucho –llora.

La miro confundida intentando entender de qué habla cuando entiendo que es un juego mental.

-Sofía tienes que escucharme, concéntrate en mis palabras. Todo está en tu imaginación.

Comienza a respirar pesadamente y se muerde el labio intentando de controlar un grito.

-Las serpientes, todos los temores, están en tu mente. No son verdaderos.

Cuando finalmente logro que me crea, corro detrás del árbol y sacando la daga que traje corto la soga que ataba sus manos. Lentamente la circulación vuelve a sus dedos y recupera la movilidad. Simón y el Desalmado seguían luchando a distancia y ayudo a Sofía a ponerse en pie:

-¿Qué está pasando? ¿Quién es el Desalmado? –pregunto mientras la agarro con delicadeza por los hombros.

-Tobías en realidad se llama Mons y es el Desalmado que mató a Stephen. Volvió para vengarse – dice cada palabra con mucho esfuerzo.

-Pero Tobías era mi misión, tengo la Marca en la piel.

-Todo fue un engaño. Logró manipular al Destino, eso dijo.

Eso sólo significaba una cosa… Si logró manipular al Destino hasta el final Simón y Sofía van a morir al menos que tengan la fuerza necesaria para cambiar los hechos.

-Vamos. Voy a sacarte de aquí.

-¡No me ayudes a mí! Simón te necesita.

-Sofía, voy a llevarte bien lejos donde estés a salvo y voy a volver por Simón. Estás muy débil pero necesito que me ayudes

Pasando un brazo por mis hombros la ayudo a caminar rengueando. Algunas veces ella pierde la fuerza y va a caer pero la ayuda a seguir adelante.

-Magma, gracias.

Es lo último que escucho antes de sentir un cuchillo clavándose en mi espalda y todo se vuelve confuso y angustiante hasta que cierro los ojos y ya no…

Mía

El cuerpo de Magma se cae en mis brazos y hago lo posible para seguir en pie pero caemos al piso. Intento respirar cuando veo un cuchillo clavado en su espalda. Desesperada grito su nombre y la sacudo pero no responde.

-¿Magma? ¡Magma! No te vayas. Nonono. – las lágrimas vuelven a desbordar mis ojos y corren una carrera por mis mejillas.

Veo su rostro pálido con los párpados cerrados y me quiebro. Ya no resisto más. Ya no resisto. No resisto. Desenfocado veo a Mons mirándonos con una sonrisa irónica y la bronca me invade. Furiosa corro el cuerpo de Magma a un lado e intento pararme pero mi pierna quebrada me derrumba. Con el brazo me seco las lágrimas mientras escucho su risa seca. Pero pronto su risa se reemplaza por un grito de sorpresa cuando Simón lo ataca por la espalda. Intento seguir la pelea pero veo todo borroso. Tengo que hacer algo. Tengo que ayudarlo.

-No vas a seguir lastimando a nadie más.

Simón tiene a Mons bajo su cuerpo y con fuerza consigue pegarle varios puñetazos. En el aire puedo ver los nudillos de su mano dañados pero él no se detiene hasta que Mons lo toma por los hombros y en un movimiento toma la espada clavada en la tierra. Mi respiración se corta cuando lo apunta al cuello. Veo el odio en los ojos de Simón pero otra parte de mí sabe que se dio por vencido.

-Simón, estamos en el mismo lugar que cuando empezamos. ¿Por qué seguir prolongando esto?

Cerrando los ojos y sin pensar en nada tomo el cuchillo clavado en Magma. Con la mano izquierda agarro la daga que sujetaba en una mano y respirando hondo tomo impulso para arrodillarme. Un dolor agudo recorre mis nervios pero apretando los dientes lo soporto. Jadeando logro ponerme en pie y en silencio arrastro mi pierna hasta llegar cerca de ellos.

Ninguno de los dos se da cuenta de mi presencia. Mons desliza la punta de la espada hasta el corazón de Simón y está a punto de retorcer su mano cuando gritando logro que desvíe la mirada y me mire confundido. Con torpeza lanzo la daga con la mano izquierda pero fallo en el tiro y el arma cae a un costado de él.

-La valiente y torpe Sofía. ¿Pensabas matarme con una daga?

Riéndose camina hacia mí arrastrando la espada. Se acerca hasta que veo sus ojos negros pero esta vez no tiemblo. No lo dudo. No tengo miedo. Acerca sus labios a mi oído y me susurra:

-Se terminó.

Y antes de que levante su espada le clavo hasta el fondo el cuchillo. Él abre los ojos sorprendido y  cae de rodillas hasta que pierde las fuerzas y con los ojos cerrados se derrumba.

El dolor de mi cuerpo hace que me sienta en el infierno y ni siquiera saber que todo terminó me tranquiliza. Casi arrastrándome caigo al lado de Simón. Él me sostiene en sus brazos y juega con mi pelo hasta que mis párpados caen pesadamente evitando cualquier pensamiento. Antes de caer en el sueño escucho que susurra:

-Se terminó.

Quiero aclarar que este no es el final de la novela (así que respiren tranquilos) pero que ya no falta mucho. Enserio no saben lo que disfruto escribir cada capítulo y recibir sus votos o comentarios o los gritos desesperados de mis amigas(locas jajaja). Estos días voy a subir los últimos capitulos y espero que cuando terminen piensen en que valió la pena leer Despertar... besoos 

DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora