Tres días, tres días más fue lo que duró la estadía de Rush en mi departamento. Su fiebre no había bajado al día siguiente y bueno… El día que siguió a ese utilicé la simple excusa de que probablemente no era bueno que anduviera en la calle tan pronto había tenido el accidente. Y bueno, Rush al parecer había estado de acuerdo.
No habíamos vuelto a tocar el tema de sus “malos hábitos” y con ello habíamos tenido unos agradables tres días. Resultaba ser que Rush Holland no había perdido el buen sentido del humor del que se jactaba cuando estaba en preparatoria. Me resultaba encantador, para ser sincera.
—Así que… Hummm— Tragué el helado que tenía en la boca y continué hablando— ¿Qué haces en tus ratos libres? — Estábamos sentados en el sofá de mi sala de estar comiendo helado.
— ¿Además de drogarme? — Dijo con el ceño fruncido haciendo a un lado el tazón de helado.
—No quise que se interpretara mal la pregunta Rush— Mi voz se tiñó de arrepentimiento.
— ¿No lo quisiste, Annabelle? — Se levantó del sillón y allí, con el de pie frente a mí y sus ojos mirando con enojo los míos, me sentía pequeña… Insignificante. —Pues parecería que sí.
— ¡Pues no, Rush! ¿Qué demonios sucede contigo? — Me levanté de mi asiento y me paré erguida frente a él. Apenas y llegaba a la altura del mentón. — ¿Qué sucede contigo? — Repetí pero bajando el tono el voz.
— ¿Quieres saber que pasa Annabelle? — Su mirada se tornó intensa y pareció perforar sus ojos con los míos.
¿Por qué las miradas que me dirigía Rush últimamente terminaban definiendo como me sentía? ¿Por qué cuando discutíamos era tan intenso? ¿Por qué coño su mirada era tan intensa que sentía mi alma quemarse?
—Si— Murmuré. Rush se alejó dos pasos y me señaló con su mano.
—Simplemente eres tú, Annabelle. ¿Es que acaso no te das cuenta? —Su mirada pareció triste de un momento a otro y allí apareció otra vez ese jodido sentimiento. ¿Por qué me sentía mal por haber causado esa mirada? Y principalmente ¿Por qué me culpaba? ¿Qué era lo que yo no terminaba de entender?
— ¿Qué quieres decir con eso, Rush?
—Tengo que irme, Anna— Apartó sus ojos de los míos y me sentí vacía por unos segundos. —Gracias por haberme ayudado pero es tiempo de que vuelva a mi vida. Je t'aime, mi dulce mujer.
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Trouble
RomanceEthan era todo lo que Annabelle creía amar. Ambos eran inseparables. De eso, hasta que Ethan muere por un disparo en el pecho. Las causas eran desconocidas, el asesino había escapado sin dejar ninguna pista. Annabelle todo lo que tenía era un corazó...